Halloween

All Hallows’ Eve.

Se acerca el día de las brujas, los vampiros, las calabazas y los caramelos. La noche del truco o trato y de Jack-o’-lantern. Una fiesta en la que muchos disfrutan jugando a los monstruos mientras otros se quejan año tras año porque, dicen, es un invento del otro lado del océano y nada tiene que ver con nosotros.

Escalando la calabaza: Spiderman y Catwoman

La realidad es que fue precisamente al revés. Europa exportó Halloween a Estados Unidos de la mano de los inmigrantes irlandeses que huían de la Gran Hambruna de su país a mediados del s. XIX.

Los orígenes de Halloween se remontan a la época de los celtas. Hace más de tres mil años los pueblos celtas de toda Europa celebraban en estas fechas el final del verano y de la temporada de cosechas, el Samhain. Era el inicio del Año Nuevo Celta y de la temporada oscura y era el momento en que los muertos tenían permiso para pasar al otro lado, al de los vivos, para visitar a sus familiares y descendientes.

Por eso de que los muertos pueden ser peligrosos, los vivos tenían la costumbre de dejarles comida para mantenerlos contentos. Es el origen del «Trick or Treat» con el que los niños van de puerta en puerta buscando caramelos.

También era costumbre vaciar nabos y colocar velas encendidas dentro. Con el tiempo, los irlandeses prefirieron utilizar una calabaza y nació Jack-o’-lantern, el granjero que, según una leyenda irlandesa, hizo tratos con el diablo y acabó, una vez muerto, vagando por el mundo con una calabaza iluminada por una vela, a modo de farol.

Escalando la calabaza

El Samhain fue la principal festividad del pueblo celta hasta la llegada del cristianismo. Los romanos tenían su propia celebración del final de la cosecha y durante la dominación romana esta celebración se asimiló con el Samhain.

Cuando el cristianismo conquistó Europa, el Samhain fue una más de las fiestas paganas que hizo suyas. Y así se convirtió en All Hallows’ Eve, la fiesta de la víspera de Todos los Santos. De este nombre se deriva el actual de “Halloween”.

La Iglesia cristiana celebraba fiestas en honor a sus mártires desde los tiempos de las persecuciones religiosas en Roma. Al principio lo hacía de manera individual para cada uno de ellos, pero llegó un momento en que los muertos fueron demasiados (sobre todo a raíz de la persecución de Diocleciano) y se instituyó un día para honrarlos a todos.

Cuando, más tarde, el Cristianismo se impone a la religión de los druidas, esta conmemoración cristiana se traslada al 1 de noviembre para hacerla coincidir con el Samhain y “cristianizarlo”.

En los siglos siguientes All Hallows’ Eve continúa celebrándose en Europa y, como decíamos más arriba, es a mediados del siglo XIX cuando llega a Estados Unidos de la mano de los inmigrantes irlandeses.