El actual himno de Gran Bretaña tiene su origen en el Real trasero de un rey francés: Luis XIV.
No todo era brillo en la vida del Rey Sol de Francia y el monarca sufría mucho por culpa de una fístula que no le permitía apenas sentarse. Actividades como montar a caballo o andar se habían convertido para él en una auténtica tortura. Los historiadores calculan que el monarca se aplicó más de 2 000 purgantes y 15 000 enemas sin conseguir aliviar su padecimiento.
Hasta que el Primer Cirujano del Rey, Claude François Félix de Tassy, le convenció de que tenía que operarse.
Someterse a una operación con las medidas de higiene del siglo XVII era casi firmar una sentencia de muerte, pero el rey sufría tanto que aceptó el riesgo. La intervención se realizó el 18 de noviembre de 1686 con la asistencia de dos boticarios y un confesor real, por si acaso.
La operación fue un éxito. Las reales posaderas dejaron de molestar al rey y éste estaba tan agradecido que otorgó al médico, entre otras recompensas, un pago que al cambio actual equivaldría a unos 30 millones de euros.
La operación otorgó gran prestigio a la cirugía y a los médicos. Y bien que les vino porque, en aquellos tiempos, de buena fama no andaban muy sobrados.
El músico Jean Baptiste Lully tuvo una gran idea para celebrar la buena nueva: compuso un himno exaltando la curación del monarca. Y fue tan del agrado del rey que se convirtió en himno de la Monarquía hasta la llegada de la Revolución Francesa. Lo llamó “Dios salve al Gran Rey”.
¿Cómo terminó una canción dedicada a la sanación de la fístula anal de Luis XIV convertida en himno de Gran Bretaña? En el año 1714, el compositor Handel estaba de visita en Francia, escuchó la composición y le gustó tanto que, con algún arreglo adicional, y bajo el título “God Save the King”, se la ofreció a Jorge I, que acababa de ser coronado Rey de Gran Bretaña. De nuevo triunfó el tema y ya quedó para la posteridad como himno británico, con la única salvedad de transformarse en “God save the Queen” cuando, como es el caso actual, reina una mujer.
Actualmente es el segundo himno oficial más antiguo del mundo, el primero es el himno de los Países Bajos, conocido como “Wilhelmus”, una composición dedica a ensalzar las virtudes de Guillermo de Orange “El Taciturno”, en la que aparece citado el rey de España, por aquel entonces Felipe II: “Un príncipe de Orange soy, libre y valeroso al Rey de España siempre le he honrado”.
A pesar de lo que cuente la letra del himno, Guillermo de Orange ha pasado a la historia no por honrar al rey de España sino por todo lo contrario: se le considera el padre de los Países Bajos y líder de la rebelión contra Felipe II. El himno fue escrito entre 1568 y 1572 durante la revuelta contra los españoles.
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