Las ballenas “cantan” para comunicarse. Es lo más eficaz. Bajo el mar las ballenas no pueden depender de la luz para encontrar a las demás pero sí del sonido. El sonido puede viajar a mayor distancia y velocidad dentro del agua que por el aire y la evolución ha dotado especialmente a los cetáceos para aprovechar esta circunstancia.
Las ballenas y todos los cetáceos pueden comunicarse con sonidos aunque se encuentren muy lejos unos de otros. Tienen, además, un sentido del oído muy desarrollado que les permite localizar con mucha precisión el origen del sonido a una gran distancia.
Los cetáceos son seres sociales, algunas especies viven en grupos, otras se asocian temporalmente con fines reproductivos o defensivos, otras se organizan para cazar, … Y toda esta vida social es posible gracias a esos sonidos que les permiten localizar y encontrar a los demás.
Las ballenas pueden emitir diferentes sonidos pero el más espectacular es el que llamamos “canto”, una secuencia repetitiva y de distintas frecuencias que a nosotros nos recuerda una melodía. Es uno de los más complejos e increíbles sonidos del reino animal. Nos queda mucho por descubrir sobre su finalidad pero lleva años fascinando a científicos y no científicos.
Los sonidos que emiten las ballenas oscilan entre los 15 y los 25 Hz. Todas pueden escucharlos y acudir a las llamadas de sus congéneres para reunirse con ellos. Todas menos una.
Hay una ballena que no puede “escuchar” la llamada de las demás ni ser “escuchada”. No puede comunicarse con otras ballenas porque emite su canto en 52 Hz, una frecuencia que las otras ballenas simplemente no pueden escuchar.
En el año 1989 un equipo de la Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI). Institución Oceanográfica de Woods Hole en Massachusetts, dirigido por William Watkins descubrió a la que desde entonces se conoce como la ballena más solitaria de la Tierra. El patrón de su canto es como el de otras ballenas pero su frecuencia es única, nunca se ha detectado en ninguna otra. No puede comunicarse con las demás.
Desde su descubrimiento los científicos han estado muy pendientes de la que han bautizado como “Ballena 52 Hertzios” y han comprobado que sus rutas migratorias son diferentes y que las recorre en solitario. Si no puede comunicarse con otras ballenas tampoco puede encontrarlas.
William Watkins encontró los “cantos” de la “ballena 52 Hz” en cintas de audio que la Marina de los Estados Unidos había grabado en 1980. Pudo triangular los sonidos y desde entonces y hasta su muerte se dedicó a seguir los movimientos de esta ballena. Publicó su investigación poco antes de morir, en el año 2004.
Los cantos de “52 Hz” también han sido recogidos por la Marina de Estados Unidos y por Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, NOAA, que continúan monitorizándola. Así sabemos que la ballena solitaria se mueve por aguas del océano Pacífico y la costa oeste de Estados Unidos y Canadá y que en el 2012 nadaba cerca de las Islas Aleutianas en Alaska.
Cuando la historia se hizo pública corrieron ríos de tinta sobre la ballena más solitaria del planeta, la ballena diferente que recorre el mundo condenada a estar siempre en soledad sin encontrar jamás compañeros de viaje ni pareja porque nadie puede escuchar sus “cantos de amor”. Miles de personas de todo el mundo se sintieron fascinadas, e incluso identificadas, con la historia de la ballena solitaria.
No podemos afirmar que “52 Hz” no se haya encontrado con otras ballenas a lo largo de su vida y no sabemos exactamente por qué emite en esa frecuencia. Los cientìficos no han podido determinar su especie y algunos afirman que se trata de un híbrido o incluso el último miembro de una especie desconocida, otros afirman que se trata simplemente de una anomalía física y hay quien la cataloga como una ballena “sorda”. Ni siquiera sabemos si es macho o hembra.
Lo que sí sabemos es que ninguna otra ballena del mundo emite un canto como el de la “Ballena 52 Hz”
El director de documentales Josh Zeman y el productor Adrian Grenier están preparando un documental sobre “52” que están financiando mediante crowdfunding. El estreno del documental está previsto para principios del año 2017 y según Zeman es también una oportunidad para conocer mejor los mamíferos marinos y los problemas que afrontan, como la polución acústica. Ya han recaudado cerca de 406.000 dólares. El actor Leonardo Di Caprio ha realizado una aportación de 50,000 dólares.
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