El viaje de agua de Amaniel

Mucho antes de que las tuberías del Canal de Isabel II se convirtieran en las venas de Madrid y llevaran el agua corriente a cada hogar de la ciudad, el líquido suministro se realizaba mediante los llamados “Viajes de agua”. Eran acueductos subterráneos o semisubterráneos que conducían el agua hasta las fuentes de la ciudad. Su origen data de los siglos VIII al XI, de la época en que Madrid era una fortaleza árabe para la defensa de Toledo.

Hubo muchos. Algunos transportaban las llamadas “aguas finas”, las más codiciadas para el consumo humano: Alcubilla, Alto Abroñigal, Bajo Abroñigal, Fuente Castellana, Alto del Retiro, arroyo de Oropesa, Amaniel, San Dámaso (arroyo Butarque), Retamar, Fuente de la Salud y Fuente del Rey.

Otros transportaban las “aguas gordas”, agua de menos calidad que aunque se podían beber estaban destinadas a labores de limpieza o regadío.

El que nos llama la atención hoy es “El viaje de agua de Amaniel” llamado también “de Palacio”. Un camino que aún se puede seguir por la superficie, por lo menos en parte, ya que algunos de los mojones que marcaban su ruta siguen en pie en lo que posiblemente es el lugar más asilvestrado que le queda a la ciudad, la Dehesa de la Villa.

 

Mojón indicador del Camino de agua de Amaniel en la Dehesa de la Villa

El viaje del agua de Amaniel se construyó entre 1614 y 1616 durante el reinado de Felipe III, para llevar agua hasta el Real Alcázar de Madrid. El canal subterráneo atravesaba la ciudad desde la Dehesa de la Villa hasta la Residencia Real a lo largo de un viaje de dos kilómetros .

Desde la Dehesa cruzaba por debajo de la calle Guzmán el Bueno, Glorieta de San Bernardo, Gran Vía y terminaba en el Alcázar que se encontraba en lugar que hoy ocupa el Palacio Real.

En el recorrido abastecía también a particulares y a las comunidades religiosas que gozaban de tal privilegio. Estuvo en funcionamiento hasta 1932.

Mojón indicador del Camino de agua de Amaniel en la Dehesa de la Villa

En el blog “Arte en Madrid” podéis encontrar fotografías de los restos de las conducciones subterráneas encontradas en el año 2005.

El nombre del canal responde al nombre primero que tuvo la Dehesa de la Villa, conocida en aquella época como “Monte de Amaniel”. Se llamaba así en honor a Don Lope de Amaniel que fue Guarda Mayor y propietario de estos bosques durante el reinado del Enrique II de Castilla.

El terreno procede de una donación hecha a Madrid por el Rey Alfonso VII en el año 1152 por la ayuda prestada por la villa durante la reconquista y «porque en sus moradores había hallado siempre mayor fidelidad».