¿Cómo se miden las olas?

Los surferos las buscan para disfrutar de arriesgadas y espectaculares cabalgadas. Los niños se lo pasan pipa jugando con ellas en la orilla (siempre y cuando tengan un tamaño adecuado). Y los que trabajan en la mar viven pendientes de ellas porque lo mismo que reparten diversión pueden sembrar daño. Pero, ¿cómo se miden las olas?

La OLA se va a los puertos .........

El estado de la mar en España se mide mediante la Red de boyas de Puertos del Estado. La Red de boyas de aguas profundas está formada por estaciones con boyas oceanográficas que miden parámetros como el oleaje, corrientes, temperatura del agua y salinidad. Son boyas situadas lejos de la costa y a más de 200 metros de profundidad para que sus sensores no se vean afectados por efectos locales.

La Red de boyas costeras se encarga de medir el oleaje en aguas poco profundas y están fondeadas a menos de 100 metros de profundidad.

Para medir las olas se utilizan las boyas acelerométricas, unas plataformas flotantes que se mueven con el mar.

Las boyas no miden olas concretas. Lo que hacen es medir las elevaciones del agua durante un periodo de tiempo concreto (normalmente veinte minutos o media hora) y son capaces de analizar los datos, sacar las medias y enviar los resultados a tierra. En algunos casos la boya solamente envía los datos y el resto de cálculos se realiza en el puerto.

Las mayores olas de España se dan en la costa gallega porque allí es donde se producen las tormentas más grandes. Son también la olas de mayor periodo (el tiempo entre una ola y la siguiente), ya que se originan a distancia en el Atlántico Norte. Es normal registrar olas de 10 metros y alturas máximas de 17 con periodos de 20 segundos.

La ola más grande medida en España hasta la fecha tuvo lugar el día de Reyes de 2014. La detectó la boya de Vilan-Sisargas (Cabo Vilan, A Coruña). Una ola gigante (“Freak wave”)  que alcanzó una altura de 27’81 metros (12,4 metros a la vista).

Cuando se informa de la altura de las olas se calcula la altura media puesto que no hay dos olas iguales, esto se llama “altura significante” (Hs) y coincide con la altura que se puede observar a simple vista.

España dispone, además de las boyas, de una red de mareógrafos que permiten conocer el nivel del mar en tiempo real y una red de radares de Alta Frecuencia en tierra para medir la corriente superficial y el oleaje, así como de sistemas de modelos de Predicción.

Para medir el nivel del mar adecuadamente, necesitamos un “nivel de referencia o nivel cero” para empezar a contar. En España la referencia viene definida por el Nivel Medio del Mar en Alicante (NMMA) obtenido durante los años 1870 a 1880 por el mareógrafo de esta ciudad. Los puntos de referencia se han calculado con gran precisión. El primer punto (NP1) se encuentra en el tercer escalón de la escalera de acceso al Ayuntamiento de Alicante. Corresponde a una cota de 3,254 m3 . En las Islas se utiliza el Nivel Medio del Mar en Tenerife.

Se puede conocer en tiempo real el estado de la mar de una zona a través de la web de Puertos del Estado. O consultarlo a través del móvil con la aplicación iMar (disponible para iOS y para Android), que ofrece información sobre el oleaje, nivel del mar, viento, presión atmosférica, temperatura del agua y todos los datos que permiten conocer dicho estado de la mar, tanto para ese momento como para los días siguientes.

Imagen:
La OLA se va a los puertos ……… de Alexis Martín, disponible con licencia CC BY-NC 2.0

Octubre

Su nombre significa “Octavo” y ese es el lugar que ocupó en los primeros tiempos del calendario romano hasta que el Calendario Gregoriano adelantó el comienzo del año a Enero.

Ya lo dice el refrán, “en octubre de hoja el año se cubre”. Es el mes en que los árboles se desnudan y las hojas mueren, pero mueren con tal belleza que convierten a este mes en uno de los más visualmente atractivos del año y uno de los preferidos por los fotógrafos.

Otoño

Es el mes de los amarillos y los ocres. Y es un mes de cambios. Cambiamos de estación, cambia la temperatura y cambia, en definitiva, toda la naturaleza, que se recoge y prepara para el sueño del invierno.

Es el mes vinculado a una de las revoluciones más famosas, la Revolución bolchevique, que pasó a la historia como la Revolución de Octubre, a pesar de tener lugar realmente en noviembre. Empezó el 25 de octubre de 1917, pero la fecha contaba según el Calendario Juliano que en aquel momento estaba vigente en el Imperio Ruso. Para el resto del mundo, que ya estaba con el Calendario Gregoriano, aquel día fue 7 de noviembre de 1917.

Y fue precisamente en este mes, concretamente el día 4 de octubre de 1582, cuando
el papa Gregorio XIII introdujo el calendario que lleva su nombre.

Octubre es el mes que vio llegar las carabelas de Cristobal Colón a un nuevo continente (12 de octubre de 1492) y es el mes en que se funda la Organización de las Naciones Unidas (Nueva York, 24 de octubre de 1945).

También es el mes en que nació la República Popular China, proclamada el 1 de octubre de 1949 por Mao Zedong, presidente del Partido Comunista.

En el aspecto tecnológico y un poquito más cerca, en Madrid, el 1 de octubre de 1883 tuvo lugar el primer ensayo de comunicación vía teléfono, que se realizó mediante una conexión entre el Palacio Real y los Ministerios.

El 1 de octubre de 1908 salió a la calle el primer Ford T. Tenía 20 CV, era capaz de alcanzar velocidades de hasta 70 km/h. y consumía 1 litro a los 5 km.

Late model Ford Model T

Late model Ford Model T

El cine cambió para siempre unos años después, el 6 de octubre de 1927, cuando
al otro lado del océano, en Nueva York, se estrenó el primer largometraje comercial con sonido sincronizado: El Cantor de Jazz

A las 19:12 horas UTC del día 4 de octubre de 1957, la humanidad dio un pasito hacia adelante con el lanzamiento del primer satélite artificial: el Sputnik 1. Y como lo lanzaron los soviéticos, los estadounidenses decidieron acelerar la carrera espacial, lo que unos años más tarde llevaría a la Humanidad a dar un paso realmente grande, ya en la Luna.

Y, finalmente, Octubre es el mes que finaliza con la noche de brujas, el día de All Hallows’Eve. El mes que dice adiós con una de las noches más especiales del año: la noche en la que el velo entre el mundo de los vivos y los muertos se hace tan delgado que los del Más Allá pueden cruzar a visitarnos. O eso decían los celtas.


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Algo azul en el planeta rojo

Ya se sabía que hubo agua en el pasado de Marte y que casi la mitad del hemisferio norte del planeta estuvo ocupada por un primitivo océano de más de 1,6 km. Y se conocía la existencia de agua congelada en varios cráteres del planeta.

Llevamos ya cincuenta años observando el planeta rojo desde que en 1965 la Mariner 4 nos envió las primeras fotos de Marte y, hace casi treinta, la Viking 1 aterrizara en su superficie.

Foto de Marte tomada por el Mariner 4 Cortesía NASA/JPL-Caltech

Foto de Marte tomada por el Mariner 4
Cortesía NASA/JPL-Caltech

Curiosity, nuestro más joven corresponsal en Marte, lleva ya tres años viajando por el planeta y contándonos todo lo que ve.

Lo que no sabíamos hasta ahora es que Marte tiene su propio ciclo de agua y que “bajo determinadas circunstancias” existe agua líquida en Marte, tanta que es capaz de fluir dejando huellas de su paso.

El hallazgo ha sido realizado por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO). Gracias a ella, los investigadores pudieron observar, en diferentes lugares del planeta, surcos que cambiaban de unas imágenes a otras cuando las temperaturas subían por encima de -23ºC. Gracias al espectrómetro de la sonda se detectaron sales hidratadas en estos surcos y se pudo concluir que en ciertas estaciones existe agua líquida capaz de fluir por la superficie de Marte. Éstas son algunas de las fotografías reveladoras (pulsar para ver a tamaño completo):

Cortesía NASA/JPL-Caltech

Cortesía NASA/JPL-Caltech

Cortesía NASA/JPL-Caltech

Cortesía NASA/JPL-Caltech

¿Y en qué nos cambia la vida que haya agua en Marte? Quizá a nosotros en nada, pero sí a la siguiente generación porque ellos serán testigo de la llegada del hombre a Marte.

Cambia, y mucho, la vida para la actual generación de investigadores ante los que se abre un nuevo y fascinante campo de exploraciones. Cambia la planificación para la supervivencia en Marte, que a partir de ahora tendrá que hacerse teniendo en cuenta las nuevas circunstancias hídricas. Y centra aún más los objetivos de las próximas misiones a Marte, la Mars 2020 de la NASA y ExoMars de la ESA.

El descubrimiento reafirma a Marte como el lugar del sistema solar donde más probabilidades tenemos de encontrar indicios de vida. También indica que tendremos que extremar las precauciones con todo lo que enviemos al planeta, sobre todo lo que aterrice cerca del lugar del hallazgo, para que la primera vida que encontremos allí no sean las posibles bacterias que llevemos de la Tierra, que no sabemos cómo podrían evolucionar aunque sí sabemos que muchas podrían sobrevivir.

Y lo que sí ha cambiado de forma inmediata este descubrimiento es nuestra idea de Marte. Ahora sabemos que el planeta no está tan muerto como parecía y que, de hecho, está lo suficientemente vivo para ser capaz de modificar su propia superficie.

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