Mayo
El mes de las brujas y las flores

Mayo es uno de esos meses que empiezan con fiestas. La del trabajo, que llega el primer día del mes y se suele celebrar sin trabajar y en la Comunidad de Madrid las fiestas del 2 de Mayo que celebran el genio que pueden llegar a tener los madrileños cuando su paciencia se agota.

Más al Norte, en Europa Central, se celebra la llegada de este mes con la Noche de las Brujas, más conocida como Noche de Walpurgis. Es la noche que enlaza abril con mayo, la que anochece el 30 de abril y amanece el primero de mayo. Su origen se remonta a los tiempos en que se celebraba la llegada de la primavera con fiestas paganas y hogueras purificadoras. Con el tiempo la fiesta pasó a asociarse con las brujas, que, según se decía, mantenían esa noche su reunión más importante.

Curiosamente, la fiesta de las Brujas lleva el nombre de una santa: Santa Walburga, que en vida fue abadesa de un convento benedictino en Heidenheim, Alemania. Nació en Inglaterra en torno al año 710, en el seno de una familia que sin duda debe ocupar un lugar privilegiado en el reino de los cielos. Su padre fue el Rey San Ricardo el Sajón y santos fueron también sus hermanos, San Winebaldo y San Wilibaldo. Su madre, Winna, fue una simple mortal, pero tuvo como tío materno a San Bonifacio. Tanta coincidencia de santidad en una misma familia se entiende mejor si tenemos en cuenta que por aquellos tiempos a uno le hacían santo por aclamación popular. Más tarde los obispos se encargaron de este trabajo y finalmente, hace unos mil años, el Papa decidió poner un poco de orden, desde entonces solamente él puede celebrar canonizaciones.

Walburga-1.png

Además de una familia muy santa, Santa Walburga tiene el mérito de estar considerada la primera escritora de Inglaterra y Alemania por escribir, en latín, sendos libros con las vidas de sus hermanos, San Winebaldo y San Wilibaldo.

Aunque Santa Walburga murió el 25 de febrero del año 779, el día 1 de mayo del 870 se trasladaron sus restos del monasterio de Heidenheim hasta la Iglesia de la Santa Cruz en Eichstaätt, que después adoptó el nombre de la santa. Santa Walburga pertenece a la categoría de los elaephori, que son aquellos santos de cuyos cadáveres mana aceite, porque cuando años después de su muerte un obispo ordenó abrir su tumba para extraer reliquias se encontró que de los restos de la santa fluía ese líquido. Por lo menos eso fue lo que se dijo. Quizá el alma de Santa Walburga esté descansado feliz en el cielo porque lo que es en la Tierra a partir de ese momento sus restos no conocieron mucho reposo y el santo óleo que de ella supuestamente fluye fue recolectado y repartido por muchas iglesias de diferentes lugares.

Volviendo a las brujas, la tradición cuenta que para estar a salvo de ellas la noche de su más importante reunión, la Noche de Walpurgis, hay que encender hogueras en honor a Santa Walburga. Haya o no haya brujas las hogueras aún se encienden.

El día 3 de mayo no encendemos hogueras pero desde el año 1993 rendimos ese día tributo a los periodistas que perdieron su vida ejerciendo su profesión y a los que todavía, en este mismo momento, permanecen encarcelados. Es el día reconocido por la Asamblea General de la ONU como Día Mundial de la Libertad de Prensa. Un día que nos recuerda que en muchos lugares de este mundo esa libertad de prensa brilla por su ausencia.

El primer domingo de mayo se celebra el Día de la Madre. Al contrario de lo que muchos piensan su origen no se debe a la mente creativa de algún publicista o almacén comercial, otra cosa es que a éstos no les venga nada mal. La fiesta tiene su origen en las Mother’s Day Meetings, unas reuniones organizadas por Ann Maria Reeves Jarvis para que las madres tuvieran ocasión de intercambiar experiencias, allá por la segunda mitad del siglo XIX.

Ann Jarvis Ann Maria Reeves Jarvis nació en 1832 en Virginia y durante toda su vida trabajó para mejorar la calidad de vida y los derechos de las mujeres. Durante la guerra de Secesión organizó a las mujeres para atender a los heridos y al acabar la guerra promovió la creación de Un Día de la Madre para honrar el trabajo de las mujeres. Su hija, Ana Jarvis, continuó su labor y fue tan activa que consiguió implicar en el proyecto al presidente Woodrow Wilson, lo que dio un espaldarazo definitivo a la consolidación del Día de la Madre, que se fue extendiendo a otros países.

Años después, Ana Jarvis, observando que el Día de la Madre se había convertido en una fiesta comercial, emprendió una campaña para que la celebración volviera a ser lo que fue en su origen: una fiesta reivindicativa. Aplicó tal energía a la campaña que en varias ocasiones fue arrestada por la policía. Pero no consiguió su objetivo.

Nos podemos remontar más atrás, hasta la Grecia clásica y la celebración de la fiesta homenaje a la gran diosa Rea, la madre de los dioses más importantes: Zeus, Poseidón y Hades. La misma que fue capaz de engañar a su marido, Cronos, que para evitar derrocamientos cogió la costumbre de comerse a sus hijos según nacían. Para evitar semejante aberración y proteger a sus retoños, Rea urdió una treta y cuando le tocó el turno a Zeus ofreció a su marido una piedra envuelta en pañales. Cronos no debía tener el paladar muy fino porque el engaño funcionó y se comió la piedra, lo que permitió a Zeus sobrevivir y con el tiempo derrocar, efectivamente, a su padre, para convertirse en el rey de los dioses.

Cuando la Iglesia Católica se extendió y superó en poderío al antiguo Imperio romano (que había adoptado de los griegos la fiesta de Rea denominándola Hilaria) hizo con esta fiesta lo mismo que con todas las celebraciones paganas; se apropió de ella y la cristianizó. Así se asimiló a la fiesta de la Inmaculada Concepción y el Día de la Madre pasó a celebrarse el 8 de diciembre.

Primavera

Celebraciones aparte, es mérito del mes de mayo ser el más colorido del año, siendo abril el único que en este campo le echa un tiento. La Naturaleza saca en mayo lo más bonito que tiene, llueve y luce el sol y florecen las rosas, las hortensias, las gardenias, los lirios, los tulipanes, las amapolas, … Los campos se cubren de verde y el verde se llena de flores blancas, amarillas, rojas, violetas, es decir, de todos los colores. Todo en la naturaleza crece a ritmo de adolescente. Mayo puede presumir de ser el mes más bonito del año, aunque gustos hay para todo, quizá por eso sea también por tradición el mes de las bodas, bautizos y comuniones.

Cada mes de Mayo el espectáculo, además de en el suelo, está en el cielo. En torno a los días 7-8 podemos observar la lluvia de estrellas conocida como Eta Acuáridas provocada por unos meteoros que en su día fueron parte del Cometa Halley.

Mercury transit near solar rim.jpgY este mes de mayo en particular y en concreto el día 9, hemos podido asistir a otro singular fenómeno celeste, el tránsito de Mercurio, y hemos podido ver cómo el planeta más pequeño de nuestro Sistema Solar cruzaba por delante del sol. El próximo tránsito tendrá lugar el 11 de noviembre de 2019.

En el terreno de las efemérides el mes de Mayo del año 305 tiene el privilegio de haber presenciado un hecho histórico nunca visto antes: la abdicación de un emperador romano. Ocurrió el primer día de mayo y en realidad fueron dos los que renunciaron al trono, Diocleciano y Maximiano, ya que en aquellos momentos gobernaba Roma una Tetrarquía instaurada por Diocleciano. Además de por ser el primero en renunciar al trono, Diocleciano, el miembro más destacado y poderoso de la tetrarquía, sería conocido por lanzar todo el aparato del Imperio Romano sobre los cristianos, en la persecución más sangrienta que sufrieron.

El 31 de mayo de 1906 el Rey Alfonso XIII se casó en Madrid con Victoria Eugenia de Battenberg y sobrevivieron al atentado del anarquista Mateo Morral en el que perdieron la vida 28 personas.

Anarchist attack on the King of Spain Alfonso XIII (1906).jpg

Un día antes y unos años después, el 30 de mayo de 1982, España pasó a formar parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la OTAN. Era el miembro número 16 y el primero después del ingreso de Alemania Occidental en el año 1955.

En el mundo del espectáculo, el 15 mayo de 1928 está marcado de una manera muy especial. Ese día se estrenó Plane Crazy, un corto codirigido por Walt Disney y Ub Iwerks en el que aparecía por primera vez el que llegaría a ser el ratón más famoso del mundo e icono de una de las multinacionales más poderosas: Mickey Mouse.


Procedencia de las imágenes:

For Gallantry

Actualizado 15 de febrero de 2023

 

“Por su Valentía” (“For Gallantry”) y “Nosotros también servimos” (“We Also Serve”) son las dos inscripciones grabadas en la Medalla Dickin. Una medalla que reconoce los actos heroicos realizados por animales.

Dickin Medal.jpg

Se entrega, en Gran Bretaña, a aquellos animales que han destacado por su “notable gallardía y devoción al deber mientras sirven o están asociados con cualquier rama de las diferentes unidades de las Fuerzas Armadas o de la defensa civil”. Equivale para ellos a lo que la Cruz Victoria supone para los humanos.

La Cruz Victoria es el más alto reconocimiento británico al valor y premia actos de extraordinario valor ante el enemigo. Se entrega a miembros de las Fuerzas Armadas de países pertenecientes a la Commonwealth. Está hecha con el bronce fundido de los cañones que capturó el ejército inglés en Sebastopol durante la Guerra de Crimea.

La Medalla Dickin también es de bronce. Las inscripciones están rodeadas por una corona de laurel y la cinta tiene tres rayas: de color verde, marrón oscuro y azul pálido, que representan los elementos agua, tierra y aire que, a su vez, simbolizan la Marina, el Ejército de Tierra, la defensa civil y el Ejército del Aire. La entrega el alcalde de Londres.

El nombre completo es PDSA Dickin Medal. Las siglas, que también están inscritas en el bronce, corresponden a People’s Dispensary for Sick Animals (Sanatorio Popular para Animales Enfermos), una institución fundado en 1917 por Maria Dickin.

Maria Dickin nació en Londres en 1870. Era una mujer de mente abierta que no tuvo problemas en romper las convenciones de su época. Realizó labores sociales en los barrios  más pobres de Londres y en estas visitas se dio cuenta de que entre los más desfavorecidos había algunos seres que lo eran aún más: los animales que vivían en hogares de personas sin recursos que no podían permitirse ningún gasto en cuidado o medicinas para ellos. Los más desafortunados entre los desafortunados.

Para remediar la situación fundó el People’s Dispensary for Sick Animals of the Poor, donde se trataba a todos los animales de forma gratuita.

El éxito fue tal que pronto tuvo que buscar un local más grande. Y concibió la idea de abrir dispensarios por todo el territorio británico. Se puso manos a la obra y en 1921 reconvirtió una antigua caravana gitana en una clínica veterinaria ambulante con la que viajó por toda Gran Bretaña tratando animales y abriendo clínicas.

En 1928, Maria Dickin, inauguró el Sanatorio Animal en Ilfor, para el tratamiento a gran escala de animales enfermos y como escuela de formación para el personal técnico de PSDA. Era la primera vez que se hacía algo semejante en Europa.

En 1935 ya había creado 5 hospitales PDSA, 71 dispensarios y 11 clínicas veterinarias ambulantes, había abierto dispensarios en Egipto y Grecia y todavía le quedaban por inaugurar en Sudafrica y Palestina.

Actualmente PDSA ofrece tratamiento gratis a casi dos millones de animales heridos o enfermos y más de 200.000 tratamientos preventivos. Tiene 43 hospitales propios y da servicio a través de 351 clínicas veterinarias privadas. Cuenta con 261 veterinarios, casi trescientas enfermeras y cerca de cinco mil voluntarios, que trabajan sobre todo en sus tiendas y recaudando fondos.

Durante la Segunda Guerra Mundial Maria escuchó historias de animales que habían protagonizado grandes actos de heroísmo y salvado vidas humanas y tuvo una idea. Se le ocurrió que si los hombres recibían reconocimiento por sus actos de valentía, los animales  también lo merecían. Así nació, en el año 1943, la medalla que lleva su nombre.

La mayoría de las medallas se han entregado entre1943 y 1949. En ese periodo se premiaron los actos heroicos de 54 animales: 32 palomas, 18 perros, 3 caballos y 1 gato.

Las 32 aves galardonadas son palomas mensajeras que se hicieron acreedoras al galardón durante la Segunda Guerra Mundial por entregar importantes mensajes que salvaron muchas vidas humanas y que a menudo realizaron sus vuelos en duras condiciones climatológicas y bajo fuego enemigo, algunas, incluso, después de ser heridas.

El vuelo más excepcional de toda la guerra fue el de GI Joe, la paloma que recorrió veinte millas en veinte minutos llevando un mensaje que llegó justo a tiempo para salvar las vidas de 100 soldados aliados que gracias a su rapidez se salvaron de ser bombardeados por sus propios aviones.

Hay tres caballos policía inscritos en el Cuadro de Honor: Olga, Upstart y Regal. Recibieron la medalla en 1947 por mantener la calma en un entorno de explosiones y fuego, cumpliendo con su deber y ayudando a sus jinetes.

El primer perro en recibir la medalla fue Bob, el 24 de marzo de 1944, “por su constante devoción en el cumplimiento del deber con mención especial a su trabajo en el norte de África acompañando al batallón en que servía”.

Varios de los perros (Jet, Irma, Beauty, Rip, Peter, Sheila y Rex) se ganaron el reconocimiento por su trabajo durante el Blitz al rescatar a personas atrapadas entre los escombros durante los bombardeos alemanes sobre Londres.

El alsaciano Thorn recibió la medalla en 1945 por ser capaz de encontrar personas entre el fuego, en los restos incendiados de un edificio tras un bombardeo. Otro alsaciano, Rifleman Khan, fue premiado por salvar la vida a un soldado bajo intenso fuego de artillería.

En 1946 la protagonista fue Judy, una perrita que ayudó a los soldados británicos en un campo de prisioneros japonés demostrando un gran coraje y resistencia, salvando muchas vidas con su inteligencia y cuidados, y contribuyendo poderosamente a mantener alta la moral de los prisioneros.

Hubo animales en todos los grandes hitos de la Segunda Guerra Mundial. Especialmente llamativo es el caso de Brian, un alsaciano que se convirtió en paracaidista tras completar el número de saltos requerido. Se lanzó en paracaídas en Normandía junto con el 13 Batallón de Paracaidistas de la División Aerotransportada del que formaba parte.

Hubo otro perro paracaidista, Rob, un collie que ganó la Medalla Dickin por su participación en las campañas del Norte de Africa y de Italia. Realizó más de 20 saltos en paracaídas y salvó muchas vidas al rastrear al enemigo y evitar que sus compañeros fueran descubiertos.

Punch y Judy ganaron el galardón en 1946 por salvar la vida de dos oficiales británicos en un ataque terrorista en Israel, en el que ambos fueron heridos.

En 1947 recibió la medalla el collie galés Ricky, que salvó vidas detectando minas en Holanda. Una de ellas estalló a su paso y le hirió en la cabeza, a pesar de lo cual fue capaz de mantener la calma y continuar su trabajo.

En 1949 se entregó la medalla al alsaciano Antis que sirvió en la Royal Air Force (RAF) entre 1940 y 1945. Además de sus actos de valentía durante el conflicto, después de la guerra ayudó a su dueño a escapar de Checoslovaquia y los comunistas. El mismo año se entregó otra medalla a otro perro, Tich, por sus servicios en la campaña de África durante la guerra.

No se volvieron a entregar medallas desde 1949 hasta octubre del año 2000. Este año se concedió una nueva Medalla Dickin, de manera póstuma, a un perro canadiense de nombre “Gander” por salvar, con sus valientes acciones, la vida de muchos soldados de infantería canadienses durante la Batalla de Lye Mun en la Isla de Hong Kong en el año 1941. Murió en un último acto heroico al recoger una granada para alejarla de sus compañeros humanos.

El 5 de marzo de 2002 se concedió la Medalla Dickin al pastor alemán Apolo en representación de todos los perros de búsqueda y rescate que trabajaron en la Zona Cero del World Trade Center de Nueva York y el Pentágono tras el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001.

Ese mismo día se entregó el galardón a dos perros labradores, Salty y Roselle que consiguieron sacar a sus dueños invidentes del World Trade Center desde más arriba del piso 70.

En el año 2003 el pastor alemán Sam fue condecorado por salvar vidas, tanto de soldados como de civiles, durante la Guerra de Bosnia. El mismo año se otorgó la medalla Dickin a Buster por su trabajo detectando explosivos en Irak. Salvó muchas vidas al encontrar todo un arsenal escondido tras una falsa pared.

En febrero del año 2007 se entregó a dos perros: la perrita Sadie, una labrador de color negro, en reconocimiento a las vidas que salvó detectando explosivos en Afganistán y el pastor alemán Lucky, en nombre propio y en representación de sus tres compañeros, Jasper, Lassie y Bobbie. Los cuatro formaban un equipo de perros rastreadores que trabajaron sin descanso y salvaron muchas vidas en la jungla malaya entre 1949 y 1952. Solamente Lucky sobrevivió.

La perrita Sadie recibió la Medalla Dickin en 2007

Otro veterano de Afganistán, el labrador Treo, obtuvo la Medalla en el 2010 en reconocimiento a las vidas que salvó al rastrear y detectar explosivos. La perrita Labrador Sahsa recibió la medalla de manera póstuma por las vidas que salvó, también en Afganistán, donde finalmente perdió la vida en el año 2008 junto con su cuidador. Ambos cayeron en una emboscada que les tendieron los talibanes y murieron bajo el fuego de los misiles que éstos les lanzaron.

Lucca, una pastor alemán de 12 años, que pertenece al cuerpo de Marines de Estados Unidos, recibió la medalla el 5 de abril de 2016. Se ha retirado tras seis años en activo en Afganistan e Irak y durante más de 400 misiones ha conseguido que ningún miembro de su patrulla sufra daño alguno. Ha salvado muchas vidas.

La última patrulla de Lucca fue el día 23 de marzo de 2012 . Durante ella descubrió un explosivo y mientras buscaba más por los alrededores otra mina hizo explosión a su paso y le hirió gravemente en la pata delantera y el pecho. Como resultado de sus heridas Lucca perdió la pata pero salvó la vida gracias a los cuidados y primeros auxilios que le dieron sus compañeros humanos en los primeros momentos. Actualmente vive con Chris Willingham, su guía, en California.

Dickin medal winner Lucca

El único gato de la historia en ganar una Medalla Dickin ha sido un gato de barco: Simon.

En 1948 un joven marinero de 17 años encontró un gato blanco y negro deambulando por los muelles de Hong Kong y se lo llevó a su barco, la fragata de la Royal Navy HMS Amethyst. Lo llamó Simon y pasó a formar parte de la tripulación. Lo que no podían saber ni el marinero ni el gato es que la fragata estaba a punto de convertirse en protagonista de uno de los más célebres incidentes de la Guerra Fría: el Incidente del Yangtsé

China se encontraba en plena guerra civil entre el Kuomintang y el Partido Comunista. En ese contexto, la fragata HMS Amethyst tenía una misión: remontar el río Yangtsé para dar relevo al HMS Consort dando guardia a la embajada británica. No llegó. Fue duramente atacado por el Ejército de Liberación Popular Chino y falleció gran parte de la tripulación.

Simon fue herido y atendido en enfermería, pero enseguida volvió a su trabajo en el barco y continuó bajo fuego enemigo combatiendo la plaga de ratas que, además de las bombas, estaba sufriendo la fragata y contribuyendo de esta manera a levantar la moral de los hombres durante el combate. Simon sobrevivió al Incidente del Yangtsé pero falleció poco después de llegar a Gran Bretaña, durante la cuarentena obligatoria para todos los animales antes de entrar en el país, por una infección vírica que empeoró sus heridas. Murió cuatro días antes de recibir la Medalla Dickin.

Simon

En 2002 se instituyó la Medalla de Oro como el más alto honor para cualquier animal que haya contribuido a salvar vidas humanas o animales cuando su propia vida está en peligro o a cualquier animal muerto o gravemente herido en el desempeño de su trabajo ante un enemigo armado y violento.’Por valentía y devoción al deber’.


Procedencia de las imágenes:

Óscar. El gato que sobrevivió

Prácticamente desde que el hombre decidió “echarse” a la mar y se convirtió en navegante, los gatos se ganaron un lugar en la Marina, tanto mercante como militar, gracias a su indiscutible valor para ahuyentar ratas y otros bichos y con ello preservar la comida (e incluso partes del barco) y evitar enfermedades. De paso servían de compañía para los marineros, lo que también tiene su valor.

De todos los gatos que han formado parte de la tripulación de un barco ninguno tiene una historia tan curiosa como Óscar, el gato que durante la Segunda Guerra Mundial sobrevivió al hundimiento en batalla de tres barcos militares.

Oskar-Sam

 

El primero de ellos fue ni más ni menos que el legendario acorazado Bismarck. El gato formaba parte de su tripulación cuando, en el marco de la Operación Rheinübung, el Bismarck hundió el crucero británico HMS Hood el día 24 de mayo de 1941. La pérdida del barco sentó tan mal a Winston Churchill que dio orden de perseguir y mandar a toda costa al Bismarck al fondo del océano.

Tirpitz astern.jpgLa Royal Navy inició la cacería del acorazado alemán que fue localizado dos días después navegando hacia la costa francesa. En la persecución participaron seis acorazados y cruceros de batalla, dos portaaviones, trece cruceros y veintiún destructores. El Bismarck fue atacado duramente por los barcos británicos, que le soltaron encima más de 2.800 proyectiles de los cuales más de 400 dieron en el blanco. Los británicos consiguieron inutilizar el Bismarck pero a pesar de tanto disparo no pudieron hundirlo. Finalmente el 27 de mayo Hans Oels, primer oficial del Bismarck, dio a la tripulación la orden de abandonar el barco y hundir con explosivos lo que quedaba del acorazado. Oels murió en una explosión junto con muchos de sus hombres cuando recorría las cubiertas del barco para asegurarse de que todos lo abandonaran.

De los 2.200 hombres que llevaba el Bismarck solamente 114 sobrevivieron. Y un gato.

Los barcos británicos recogieron a los supervivientes y fue el destructor HMS Cossack el que encontró al más extraño de todos: un gato negro con manchas blancas maullando a la deriva encima de unas tablas. En su cuello había una placa con el nombre “Oscar”.

HMS Cossack.jpgLos ingleses recogieron al gato y como su nombre les pareció demasiado germano decidieron cambiárselo por “Sam”. Así es como el felino encontró un nuevo hogar en un nuevo barco. Un nuevo hogar que le iba a durar apenas cinco meses.

El 23 de octubre de 1941 el HMS Cossack se encontraba escoltando un convoy cerca de Gibraltar cuando fue alcanzado por un torpedo lanzado por un submarino alemán, el U-563. El torpedo causó una gran explosión que partió el destructor prácticamente en dos. Murieron 159 personas entre oficiales y marineros. Y el gato sobrevivió.

Oskar-Sam, consiguió subir a un bote salvavidas que fue rescatado por el portaaviones HMS Ark Royal (que, por cierto, había participado en el hundimiento del primer hogar del felino, el Bismarck).

HMS Ark Royal h85716.jpg

A estas alturas de la historia el gato era ya conocido como “el insumergible Sam”. Tuvo un pequeño respiro en Gibraltar donde por primera vez en mucho tiempo pudo pasear por tierra. Pero el capitán del HMS Ark Royal creía que el minino traía suerte y dio orden de embarcarlo antes de partir a su próxima misión.

Y de nuevo Oskar-Sam se hizo a la mar e hizo de un barco su hogar. Y de nuevo le duró poco. Menos de un mes.

El 13 de noviembre de 1941 el HMS Ark Royal fue alcanzado por un torpedo lanzado por el submarino alemán U-83. En esta ocasión fue un sólo disparo, pero con mucha puntería. No se pudo salvar el barco, que se hundió con sus aviones y todo. Los tripulantes fueron rescatados por el destructor HMS Legion (G74). Por lo menos en esta ocasión la pérdida de vidas fue mínima. Solamente se perdió una en la explosión causada por el torpedo. Por supuesto, no fue la del gato.

En menos de seis meses el gato Óscar, el “insumergible Sam”, había vivido en tres barcos diferentes en plena Segunda Guerra Mundial. Tres barcos que habían protagonizado enfrentamientos militares y que habían terminado, uno tras otro, en el fondo del mar, arrastrando con ellos muchas vidas humanas.

Tras el tercer hundimiento se decidió licenciar al gato. No sabemos si porque se temían que ya no le quedaran muchas más vidas o porque alguien empezó a pensar que era un poco gafe. Oskar-Sam pasó una temporada en las oficinas del gobernador de Gibraltar y finalmente fue enviado a un hogar para marinos retirados en Belfast. Es difícil que allí hubiera un veterano con un curriculum más espectacular que este felino.

Oskar-Sam sobrevivió también al paso del tiempo. Actualmente se le puede ver en un cuadro de la pintora Georgina Shaw-Baker en el UK National Maritime Museum, Greenwich.


Procedencia de las imágenes: