Maria Skłodowska-Curie

Fue física, química y matemática. La primera mujer en recibir un Premio Nobel. La primera mujer en dar clase en la Universidad de París. Y la primera persona en recibir dos Premios Nobel en distintas especialidades (Física y Química), logro que hasta la fecha solamente han conseguido otras tres personas en toda la historia de los premios.

Marie Curie c1920 - «Marie Curie c1920» por Desconocido - Christie's, [1]. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons.El 7 de noviembre de 1867 nacía en Varsovia una pionera, una gran científica, una gran mujer: Marie Curie.

Es universalmente conocida por sus estudios sobre la radioactividad y el descubrimiento del polonio y el radio. Pero era mucho más. Marie Curie no solamente era una investigadora inteligente e incansable con una dedicación total a la ciencia, era también una mujer generosa y desprendida. Y dio múltiples muestras de ello a lo largo de su vida.

Se licenció en Física con el número uno de su promoción y en Matemáticas con el número dos. Financió sus estudios de matemáticas con una beca de la Fundación Alexandrowitch y más tarde, cuando tuvo ocasión, devolvió a la Institución los 600 rublos de la beca.

El matrimonio era tal para cual. Marie recibió el Nobel de Física en 1903 de manera conjunta con su marido porque él insistió en que era mérito de los dos. La primera intención de la Academia fue entregar el premio solamente a Pierre puesto que ella era mujer.

Pierre and Marie Curie - «Pierre and Marie Curie» por Desconocido - hp.ujf.cas.cz (uploader=--Kuebi 18:28, 10 April 2007 (UTC)). Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons.El matrimonio de los Curie duró once años, durante los cuales existió una gran compenetración tanto a nivel personal como profesional. Se conocieron en 1894 y se casaron en 1895. El 13 de abril de 1906 una tragedia se interpuso en su felicidad cuando Pierre murió atropellado por un carruaje. Marie rechazó cobrar una pensión vitalicia y siguió adelante en solitario con su investigación. Se puso al frente de la Cátedra de su marido en la Universidad en Paris. En los más de seis siglos de existencia que tenía entonces La Sorbona, nunca se había visto a una mujer dar clases.

Durante la Primera Guerra Mundial Marie puso en marcha los “Petit Curie” (o «Petite Curie»). Con la ayuda de la Cruz Roja y la Unión de Mujeres de Francia equipó un Renault con un aparato de Rayos X portátil (fabricado por el ingeniero español Mónico Sánchez Moreno) y con él se dedicó a recorrer el frente para hacer radiografías a los soldados heridos. Era la primera vez que los cirujanos de campaña podían operar sabiendo exactamente dónde estaba la metralla, lo que evitó numerosas amputaciones.

Marie Curie - Mobile X-Ray-Unit - "Marie Curie - Mobile X-Ray-Unit" por Desconocido — Eve Curie: Madame Curie. S. 329 [1]. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia CommonsMarie buscó y requisó todos los coches que pudo y llegó a poner en marcha hasta 20 “Petit Curie” y 200 salas de radiología. Reclutó a su hija Irene, que la acompañó en estos viajes y se convirtió en una experta radióloga con tan sólo 18 años. Entre las dos llegaron a formar a más de 150 técnicos y se calcula en más de un millón el número de heridos que pasaron por sus unidades de Rayos X.

Marie Curie visitó tres veces España. En 1919 viajó a Madrid por primera vez para participar en el I Congreso Nacional de Medicina. La segunda, en 1931, respondiendo a una invitación del Gobierno de la República y la última en 1933 para presidir un debate en la Residencia de Estudiantes. En la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se guardan como oro en paño instrumentos de laboratorio que Marie trajo en sus visitas a España y que fabricó el propio Pierre Curie.

Tantos años de trabajo con elementos radiactivos, sin ningún tipo de precaución, pasaron factura. Pierre y Marie sufrieron a lo largo de su vida frecuentes quemaduras, heridas y problemas de salud. Finalmente Marie Curie murió en Paris, el 4 de julio de 1934, de una anemia aplásica. Todavía hoy en día algunos de sus papeles están guardados en cajas de plomo y para consultarlos, además de permisos especiales, es necesario vestir trajes protectores.

En los años 2013 y 2014 el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) realizó dos exposiciones sobre la figura de Marie Curie. Las comisarias fueron Belén Yuste y Sonia L. Rivas-Caballero, dos mujeres que llevan años investigando la vida de esta excepcional persona que fue Marie Curie. Belén Yuste realizó un intervención muy interesante sobre su figura en TEDxGranViaWomen, el 5 de diciembre de 2013. Este es el vídeo de su charla (TEDxTalk).


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La insólita aventura de un ingeniero manchego

Mónico Sánchez MorenoA principios del siglo XX un joven manchego de poco más de 20 años, con 60 dólares en el bolsillo y sin saber inglés, emprendió viaje hacia Estados Unidos. Tenía un sueño y una determinación: quería convertirse en ingeniero eléctrico en el Nueva York de Tesla y Edison.

La historia de Mónico Sánchez Moreno empieza en 1880 en Piedrabuena, un pueblo de La Mancha donde vio la luz por primera vez en el seno de lo que suele llamarse una familia humilde. Su padre fabricaba tejas y su madre era una lavandera que siempre buscó una vida mejor para su hijo, finalidad con la que colocó al retoño bajo la influencia de D. Ruperto, el maestro del pueblo.

Al joven Mónico le gustaba la electricidad así que en 1901 vendió todo lo que tenía, se compró un traje y se fue a Madrid para estudiar ingeniería eléctrica en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales. Le recibió una ciudad de medio millón de habitantes en plena efervescencia y expansión del tranvía y alumbrado eléctrico.

No pudo ingresar en dicha Escuela porque no tenía los estudios requeridos pero nada podía apartar al tenaz Mónico de su pasión así que buscó por su cuenta libros sobre electricidad y se matriculó en un curso por correspondencia impartido por “The Electrical Institute of Correspondence Instrucion” de Londres, para lo que le fue necesario aprender algunos rudimentos básicos del idioma inglés.

Gracias al curso a distancia Mónico entra en contacto con el Profesor Wetzler que tenía relación con Thomson y con Edison y que le anima a poner rumbo a Estados Unidos. Nueva York en esos momentos era un hervidero de creatividad, el centro de una segunda revolución industrial liderada por la electricidad y escenario de la Guerra de las corrientes entre Edison y el genial Nikola Tesla.

Y Mónico se fue a Nueva York. Allí se matriculó en el Instituto de Ingenieros Electricistas y en un curso de electrotecnia en la Universidad de Columbia y llegó a ser ingeniero para la Van Houten and Ten Broeck Company. Entre otros proyectos, trabajó en la telefonía sin hilos, más de un siglo antes de que fuera efectiva y realizó su mayor invento: un aparato de rayos x portátil.

Nueva York y el futuro sonreían a Mónico y su carrera es prometedora pero después de unos fructíferos años en suelo americano Mónico cambia radicalmente el rumbo de su vida y decide regresar a su pueblo, Piedrabuena, para compartir con sus paisanos de La Mancha las ventajas y secretos que la electricidad había abierto ante él.

En Piedrabuena funda la European Electrical Sanchez Company para fabricar su aparato de rayos X portátil. El aparato pesaba 9 kilos y medio y medía 22 x 22 x 46. Para que el aparato funcionara había, lógicamente, que enchufarlo a la red eléctrica, algo que en Piedrabuena todavía ni soñaban en tener.

Cuando Mónico se fijaba un objetivo no había nada que le apartara de él así que se las apañó para llevar hasta a su pueblo agua y electricidad y construir una central eléctrica. Y ya, con energía disponible, se dedicó a fabricar su invento.

La más ilustre clienta de tal fábrica fue Marie Curie, que durante la Primera Guerra Mundial compró varias unidades del invento de Mónico con las que equipó 20 coches conocidos como los “Petit Curie”. Con estos coches ella y su hija Irene recorrieron el frente e hicieron millones de radiografías a los soldados heridos. Estas radiografías fueron vitales para realizar diagnósticos acertados. Gracias a los Petit Curie y al invento de Mónico muchos soldados se libraron de amputaciones, que de otro modo hubieran sido inevitables, o incluso de la muerte.

La fábrica de Mónico estuvo plena de actividad y prosperidad hasta que llegó la Guerra Civil que, como a tantos otros, le trajo la ruina. En 1961 el gran Mónico fallece en Piedrabuena y con su muerte desaparece su laboratorio. Sus inventos y su figura caen poco a poco en el olvido… hasta que, ya en el siglo XXI, Manuel Lozano Leyva se tropieza con uno de sus aparatos de rayos X portátil en una exposición local.

Manuel Lozano Leyva es Catedrático de Física Atómica Molecular y Nuclear de la Universidad de Sevilla. Recupera y reivindica la figura de Mónico Sánchez en un libro “El Gran Mónico. La insólita aventura de un ingeniero manchego en tiempos de crisis”, editado por Debate. Un libro que nos descubre la apasionante y desconocida historia del gran Mónico.

 


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