Seguramente cuando los Reyes Magos abran sus sacos a más de uno le va a tocar estrenar un teléfono móvil. Y seguro que muchos están todavía presumiendo del que Papá Noel les ha dejado en los calcetines.
Sea como sea, cada vez que se estrena un móvil, el anterior suele terminar en ese sitio que ocupan en el olvido las cosas que dejan de ser útiles pero que da pena tirar: el fondo de un cajón. En algunos casos, antes de llegar a ese destino final, los móviles viejos tienen la posibilidad de alargar su vida útil de manera honrosa pasando a manos de otro propietario. Y en el peor de los casos, el móvil termina en la basura. Y esto es, sin duda, lo peor que se puede hacer con un móvil viejo.
Los móviles tienen componentes muy contaminantes que perjudican mucho el medio ambiente. Lo mejor que podemos hacer es reciclarlos cuando dejamos de usarlos. Y antes que eso, prorrogar su vida útil todo lo posible, aprovecharlos bien y no cambiarlos solamente porque ha salido al mercado un nuevo modelo que nos gusta más.
Pero, además, reciclar los móviles puede contribuir a salvar vidas.
Nuestros dispositivos electrónicos tienen su interior minerales que son muy valiosos: casiterita, wolframio, estaño, coltán, oro, … Precisamente porque se utilizan para fabricar estos dispositivos la demanda de estos minerales es altísima y hay mucho dinero en juego. En torno a su extracción se están librando sangrientas guerras en África, que ya han tenido un coste de varios millones de vidas humanas (sí, millones) además de la destrucción de hábitats naturales y especies vegetales y animales, algunos ya en serio peligro de extinción. Es, sobre todo, el caso del coltán.
El coltán, es una mezcla de dos metales: columbita y tantalita. Nadie le hizo mucho caso hasta que se descubrió que el tantalio tiene unas características que le hacen imprescindible para construir los condensadores que lleva cualquier dispositivo electrónico. De hecho, el uso de tantalio es lo que ha permitido que las baterías hayan podido disminuir de tamaño.
Las mayores reservas mundiales de Coltán se encuentran en la República Democrática del Congo que, desde finales de los 90 es el escenario de una cruel batalla por el control de los recursos naturales, una guerra que ya se ha cobrado casi 6 millones de vidas La tortura, las violaciones, el asesinato, están a la orden del día en el Congo. Los yacimientos están en manos de diferentes facciones en continua lucha por el control y son en su mayoría explotados de manera ilegal, lo que da lugar a todo tipo de abusos y la utilización de mano de obra semiesclavizada que incluye niños pequeños.
Una vez extraído, el mineral pasa de contrabando al mercado negro, principalmente el asiático, donde se utiliza para construir los componentes que llevan nuestros móviles y dispositivos electrónicos.
Al coste de vidas humanas hay que sumar el desastre ecológico. Miles de especies vegetales y animales están afectadas por la deforestación y destrucción de los ecosistemas naturales, sobre todos los gorilas, cuyo hábitat coincide con la zona donde se encuentran los yacimientos. La guerra y la explotación minera los ha colocado al borde de la extinción
El Instituto Jane Goodall lleva años aportando su trabajo para luchar contra esta situación, en Africa sobre el terreno y aquí por medio de su campaña de reciclaje de móviles, “Movilízate por la selva”. Es una campaña que te explica por qué hay que reciclar los teléfonos móviles y que, además, te permite hacerlo de manera fácil. De hecho es tan sencillo como meter el móvil en un sobre, imprimir una etiqueta desde la web del Instituto y depositarlo en tu oficina de Correos. Al hacerlo puedes ganar el apadrinamiento de un chimpancé, lo que te permitirá conocer mejor estos animales y recibir “Cartas desde África” que te descubrirán muchas aspectos fascinantes sobre ellos que seguro no conocías.
También puedes crear un punto de recogida para reciclar muchos móviles si implicas, por ejemplo, a tu colegio o a tu empresa. Y consigues directamente el apadrinamiento.
Reciclar el móvil supone, además, ayudar a financiar los proyectos que el Instituto Jane Goodall lleva a cabo en África. Los fondos obtenidos mediante la campaña se destinan a financiar el desarrollo de proyectos de conservación de los grandes primates en África y proyectos educativos, dedicados sobre todo a cambiar los hábitos tradicionales de la población que incluyen cazar gorilas y chimpancés para comer.
El Instituto Jane Goodall no sólo protege a los grandes simios, también se encarga de cuidar todo su hábitat, donde conviven con ellos otros cientos de especies animales y vegetales. El trabajo se realiza en diferentes lugares de África como la República Democrática del Congo, Senegal y Guinea.
En España hay 50 millones de teléfonos móviles para una población menor de 47 millones de personas. Todos podemos aportar nuestro granito de arena y quizá marcar la diferencia. Es fácil. Lo único que tenemos que hacer es abrir cajones, sacar los móviles viejos y reciclarlos. Y alargar la vida útil de nuestros dispositivos. Y cuando compremos uno nuevo podemos asegurarnos que los móviles que vamos a comprar provienen de una producción regulada.
África a veces nos parece que está muy lejos, pero todos compartimos el mismo planeta. Y lo que ocurre allí tarde o temprano se refleja aquí
Procedencia de las imágenes:
- Evolución tecnológica y de diseño de los teléfonos celulares o móviles desde 1995 hasta 2001
De Anders – Trabajo propio, Dominio público, Enlace - Una pieza de columbita-tantalita (coltán), tamaño 6,0 x 2,5 x 2,1 cm.
De Rob Lavinsky, iRocks.com – CC BY-SA 3.0, Enlace - Gorilla Tracking – 02
De Fiver Löcker from Wellington, New Zealand, CC BY-SA 2.0, Enlace