Cervantes
Ha nacido una estrella

Cervantes ya brilla en el cielo. Literalmente y en muy buena compañía. Así se llama ahora la estrella conocida como μ Arae (Mu Arae). También han cambiado de nombre los cuatro planetas que la orbitan: μ Arae b, μ Arae c, μ Arae d y μ Arae e, que han pasado a llamarse, respectivamente, QuijoteDulcineaRocinante y Sancho.

Infographic for the IAU NameExoWorlds

En abril de 2015 la Unión Astronómica internacional IAU lanzó una convocatoria pública, Name Exoworlds, para nombrar 20 sistemas planetarios compuestos por 14 estrellas y 31 exoplanetas. Los nombres tenían que ser propuestos por asociaciones y organizaciones sin ánimo de lucro y votadas públicamente a través de internet. Los ganadores se dieron a conocer a mediados de diciembre.

mu Arae

El nombre de Cervantes fue propuesto por el Planetario de Pamplona  y la Sociedad Española de Astronomía y ha sido uno de los elegidos, con 38.503 votos. No es la única propuesta española que ha prosperado. El planeta Edasich b, también conocido como ι Draconis b (iota Draconis b), pasará a llamarse Hypatia (11.346 votos) a propuesta de la Asociación Cultural Hypatia de la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense de Madrid.

Edasich (iota Draconis)

Diferentes organizaciones de 45 países han propuesto un total de 274 nombres que han recibido 573.242 votos. España ha sido el tercer país en participación, con el 7’93% de los votos, el primero fue la India (con 36’27%) y el segundo Estados Unidos (con 19,48%).

ARAY ahora que sabemos cómo ha llegado la estrella μ Arae a llamarse Cervantes la pregunta es ¿cómo llegó a llamarse “μ Arae”? ¿concursos aparte, cuál es el proceso por el que un cuerpo celeste adquiere su nombre? ¿quién los elige?

La máxima autoridad en la materia es la Unión Astronómica Internacional (IAU por sus siglas en inglés) que actúa como árbitro y dicta las normas para la nomenclatura de planetas y satélites. En esta sociedad participan las diferentes sociedades astronómicas nacionales y tiene actualmente 12.438 miembros. Se fundó en el año 1919 en Bruselas con el fin de poner orden en el entonces caótico sistema de nombres lunares y marcianos. En su sesión inaugural de 1922 la IAU estandarizó los nombres y abreviaturas de las constelaciones.

La IAU se estructura en 9 Divisiones, 35 comisiones y 31 grupos de trabajo y grupos sobre diferentes temas astronómicos

La llamada División F se encarga de los sistemas planetarios y bioastronomía y promueve estudios para comprender mejor la formación y evolución, desde el punto de vista de la dinámica y la física, tanto de nuestro sistema solar como de sistemas extrasolares. Se encarga también de estudiar la concurrencia de condiciones favorables para el desarrollo de la vida en el Universo. Y supervisa la asignación de nombres planetarios.

En la division F existe un grupo para la nomenclatura lunar, otros tres diferentes para la nomenclatura de Mercurio, Venus y Marte; un grupo específico para la nomenclatura de cuerpos pequeños y otro para la nomenclatura de cuerpos celestes exteriores al sistema solar. Y finalmente existe el llamado Grupo de trabajo para la Nomenclatura de Sistemas Planetarios.

Si lo que hay que nombrar son nuevos accidentes geográficos de planetas o satélites que están dentro del sistema solar el procedimiento es el siguiente: cuando se obtienen las primeras imágenes de la superficie se elige la temática para las nomenclaturas y los primeros nombres, normalmente a propuesta de miembros del correspondiente grupo de trabajo de la IAU, que es el que toma la primera decisión. Según van llegando nuevas imágenes con mayor resolución, se solicitan nombres para los diferentes accidentes geográficos que aparezcan en dichas imágenes. Los miembros de la comunidad científica o el público en general pueden sugerir nombres pero el grupo de trabajo no está obligado a aceptarlos. Una vez que toma su decisión, somete ésta al Grupo de trabajo para la nomenclatura de sistemas planetarios, que revisa el nombre y le da el visto bueno definitivo .

Los nombres aprobados son inmediatamente introducidos en la base de datos oficial de la IAU, the Gazetteer of Planetary Nomenclature (Diccionario Geográfico de Nomenclatura Planetaria). Si alguien no está de acuerdo puede dirigir sus reclamaciones por escrito o por correo electrónico al Presidente de la División F de la IAU en los tres meses posteriores a la publicación del nombre en la web.

Dar nombre a un planeta menor es un largo proceso que puede llevar décadas. En el caso de los cuerpos pequeños dentro del sistema solar, se les asigna primero un nombre provisional que después se sustituye por una designación numérica.

The Rich Color Variations of Pluto

El que tiene muy ocupado a la IAU actualmente es Plutón, cuyo relieve estamos descubriendo gracias a las recientes fotografías de alta resolución enviadas por la sonda New Horizons. Los accidentes geográficos de Plutón tienen que estar, conforme a su temática, relacionados con el Más Allá. Deben elegirse entre los nombres con que se conoce al inframundo en las diferentes mitologías terrestres; o bien nombres de dioses, diosas, héroes y exploradores del inframundo; o bien escritores, científicos e ingenieros asociados con Plutón y el Cinturón de Kuiper.

Cada satélite de Plutón tiene su propia temática. Para Caronte se eligen nombres de naves mitológicas, hitos espaciales, viajeros y exploradores, mitológicos y ficticios. Para Estigia, dioses de los ríos; a Cerbero le corresponden los nombres de perros de la literatura, mitología e historia; a Hydra los de serpientes legendarias y dragones y para Nix se han reservado las deidades de la noche. Un dato curioso, los nombres de Nix e Hydra se eligieron de forma conjunta, en el 2006, para, con sus iniciales (NH), rendir tributo a la sonda New Horizons.

Las estrellas son un caso aparte. Nombrar una estrella tiene un algo especial que resulta atractivo o fascinante o incluso romántico para muchas personas ¿quién no ha querido poner su nombre o el de un ser querido a una estrella? De hecho hay empresas que venden a particulares la posibilidad de dar nombre, o incluso la propiedad, de uno de estos cuerpos celestes (previo pago por supuesto). Lo malo es que nada de esto es legal. La IAU advierte claramente que en ningún caso los nombres de las estrellas pueden ser objeto de transacciones comerciales y que tales nombres no tienen ninguna validez.

Para dar nombres a las estrellas se utilizan varios sistemas, como el que introdujo Johann Bayer en su “Uranometría” (1603), aún vigente, que utiliza el nombre de las constelaciones para identificar las estrellas en su interior, precedido por una letra del alfabeto griego. Se empieza por la letra alfa (α) que se asigna a la estrella de mayor brillo, la siguiente en brillo sería beta (β), y así sucesivamente.

Cuando la constelación tiene más estrellas que letras el alfabeto griego, se continúa con el alfabeto latino, primero en minúscula y después en mayúscula.

La estrella μ Arae es por tanto una estrella de la constelación Ara (el Altar) y no es la que más brilla en dicha constelación. En concreto es una estrella subgigante amarillo-naranja tipo G parecida a nuestro Sol pero más grande (un 32% mayor). Se la puede ver a simple vista, su magnitud aparente es de +5,12 y está a unos 49,8 años-luz de distancia.

Y ahora se llama Cervantes. Un nombre que no nos da ninguna información sobre la estrella pero que, sin duda, tiene mucho más significado.


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Diciembre

Diciembre es el mes que pone punto final al año. Poco queda ya, más que celebrar las Navidades con unas cuantas comilonas. Porque Diciembre es sobre todo (para los países occidentales) el mes de los excesos festivos. Da la sensación de que nos hemos ganado un respiro y los excesos nos sirven de catarsis. Que ya llegará después enero con las rebajas (en todos los sentidos) .

Además del final del año, Diciembre nos trae el invierno. Es el mes con menos horas de luz diurna en el hemisferio norte y con más en el hemisferio sur .

Es sobre todo y ante todo el mes de la Navidad. Pero no sólo de Navidad vive Diciembre, que en ocasiones nos ha venido con más disgustos que fiestas. En el año 1347 fue este mes el que trajo la temida peste a Europa.

Austerlitz-baron-Pascal.jpg

El día 2 de diciembre de 1805 fue bueno según para quién. Lo fue para Napoleón, que obtuvo uno de sus mayores logros militares al vencer en la batalla de Austerlitz. No lo fue tanto para la coalición ruso-austriaca a la que se enfrentaba.

En un ámbito mucho más local y un par de siglos antes, otro 2 de diciembre (el de 1617) se iniciaron en Madrid las obras de la Plaza Mayor.

http://www.nasa.gov/content/forty-years-ago-pioneer-10-closest-approach-to-jupiter

Fue un mes de Diciembre cuando conocimos mejor a uno de nuestros vecinos. La sonda Pioneer 10 nos envió las primeras imágenes de Júpiter el 4 de diciembre de 1973.

Sir Isaac Newton (1643-1727)

En el terreno científico Diciembre tiene también, por supuesto, hitos destacables. Los primeros Premios Nobel se otorgaron en diciembre de 1901. Mucho antes, el 25 de diciembre de 1695 nació la que para muchos es la mente más brillante de todos los tiempos, la de Isaac Newton.

Casi dos mil años antes, el 7 de diciembre del 43 a.C. fallecía otro de los grandes hombres que de vez en cuando nos da la Historia: Marco Tulio Cicerón, jurista, filósofo y escritor romano, que ha pasado a la posteridad, entre otras cosas, por sus grandes dotes como orador y por su oposición a la dictadura de Julio César.

El mismo día que Isaac Newton pero de 1899 nació uno de los iconos del cine negro, Humphrey Bogart.

Humphrey Bogart in Casablanca trailer.jpgY Diciembre es, finalmente, el mes de la esperanza. Al terminar el año intentamos dejar atrás los malos momentos y durante un instante confiamos en que lo que viene será mejor. Y es el mes de las promesas. Nos prometemos cambiar todas esas actitudes, manías o hábitos que o no nos gustan o nos gustan pero sabemos que no son buenas.

Ya llegará enero para devolvernos los pies a la tierra.


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Laika: la pequeña perrita de pelo rizado

Tal día como hoy, hace 58 años, la perrita Laika se convirtió en el primer ser vivo en viajar al espacio. Y en el primer ser vivo en morir fuera del planeta. Era el 3 de noviembre de 1957.

Un mes antes, el 4 de octubre de 1957 se había lanzado el Sputnik 1, el primer satélite que alcanzó la órbita terrestre. Muy pocos días después Nikita Jrushchov decidió que para conmemorar el aniversario de la Revolución Bolchevique, el 7 de noviembre, lo mejor era lanzar un segundo satélite al espacio. Los científicos tenían menos de un mes. Estábamos en plena Guerra Fría y la carrera espacial era un campo más donde americanos y soviéticos competían por llegar antes que el otro.

Sputnik2 vsm.jpg - "Sputnik2 vsm". Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons

El Sputnik 2 era una nave de forma cónica, tenía 4 metros de altura, una base de 2 metros y varios compartimentos. Laika viajaba en el más grande y apenas podía estar de pie o tumbada. En los otros compartimentos se había instalado el instrumental científico, un transmisor de radio y un sistema de control del soporte de vida, que incluía un generador de oxígeno y un ventilador para regular la temperatura.

Se trataba de medir los efectos del viaje espacial en los seres vivos así que el instrumental incluía un contador Geiger y un espectrómetro para medir la radiación solar y rayos cósmicos. Los datos biológicos de la perrita (respiración, pulso y presión arterial) se transmitían por telemetría desde unos sensores insertados mediante cirugía. Laika estaba sujeta con correas y disponía de oxígeno y alimentos.

La perrita había sido recogida de las calles de Moscú. Los científicos rusos pensaron que un perro callejero, con una vida dificil, se adaptaría mejor a las condiciones del despegue. Se entrenaron tres animales y Laika fue la escogida para el viaje. Durante el entrenamiento se les acostumbró a comer gelatina, vivir en espacios muy reducidos y se les sometió a situaciones de estrés en centrifugadoras que simulaban las condiciones de ruido y movimiento del despegue.

Posta Romana - 1959 - Laika 120 B.jpg - "Posta Romana - 1959 - Laika 120 B" by scanned by user Neozoon. Licensed under Public Domain via Wikimedia Commons.

El nombre original de la perrita era Kudryavka, que en ruso significa “pequeña de pelo rizado”. “Laika”, el nombre con el que pasó a la historia y a la cultura popular era en realidad el nombre de su raza. Los científicos encargados del entrenamiento fueron Vladimir Yazdovsky y Oleg Gazenko. Tiempo después, el primero de ellos contaría como se la llevó un día a su casa para que jugara con sus hijos y pudiera de alguna manera tener un momento de felicidad antes de morir.

Desde el principio era un viaje sin retorno. Nunca hubo intención de hacerla volver y no había manera de que el Sputnik 2 regresara a la Tierra. Laika estuvo siempre condenada y en todo momento los científicos supieron que tenía las horas contadas.

Según la versión oficial de los soviéticos, marcada por el secretismo habitual, Laika estuvo orbitando la Tierra durante seis días, al cabo de los cuales los científicos del programa decidieron sacrificarla con la comida envenenada que habían previsto para la ocasión, antes de que se le agotara el oxígeno.

La verdad se supo mucho después, en octubre de 2002. El científico Dimitri Malashenkov, miembro del equipo que trabajó en el lanzamiento del Sputnik 2, reveló que Laika murió a las pocas horas del lanzamiento por estrés y sobrecalentamiento. La cabina no tenía un control adecuado de temperatura porque no les había dado tiempo a prepararlo.

Oleg Gazenko lamentaba, en el año 1998, tras la caída del régimen soviético, la muerte de Laika: «Cuanto más tiempo pasa, más lamento lo sucedido. No debimos haberlo hecho… ni siquiera aprendimos lo suficiente de esta misión como para justificar la pérdida del animal».

El cuerpo de Laika junto con el Sputnik 2 estuvo dando vueltas al planeta hasta el 14 de abril de 1958, día en que entró en la atmósfera y se desintegró.


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