Los inuit
La gente que vive aquí

Hace años los llamábamos esquimales y era un nombre que para nosotros, acostumbrados a sol todo el año y a calor la mayoría de él, evocaba lo más exótico. Los asociábamos con iglús y agujeros en el hielo para pescar. Y poco más.

Inuit-Igloo

Pero los esquimales, evidentemente, son mucho más. Para empezar, no son “esquimales”, esta palabra ya está en desuso, y no se refiere en realidad a un pueblo, sino a un conjunto de diferentes pueblos: Yupik, Iñupiat, Inuit y Alutiit. Los pueblos que viven en una de las regiones más frías y extremas del planeta: Siberia, Groenlandia y el norte de América.

Sus antepasados, de raza mongol, salieron de Asia y se extendieron por Alaska y Canadá, hasta llegar a Groenlandia hace unos 8.000 años. Se produjeron varias oleadas migratorias. Los Inuit no fueron los primeros en llegar hasta la “Tierra Verde”, (que es el significado de la palabra Groenlandia), antes que ellos ya se habían instalado allí diferentes culturas. Con una de ellas, los Dorset, llegaron a coincidir y de ellos aprendieron los fundamentos de la supervivencia en el hielo.Y lo hicieron tan bien que, de hecho, los Inuit fueron el único pueblo que sobrevivió, los Dorset se extinguieron.

A lo largo de los siglos los Inuit han adaptado sus cuerpos a las duras condiciones del ártico.Tradicionalmente eran nómadas que se desplazaban siguiendo los movimientos migratorios de la caza y comían osos, ballenas, focas y caribúes. El iglú es la vivienda que utilizaban como refugio durante las cacerías. El núcleo de su sociedad era la familia.

Inuit man by Curtis - Noatak AK.jpg

Antiguamente los niños eran educados para aprender a sobrevivir en las duras condiciones del entorno ártico. Se les enseñaba a cazar y moverse por el hielo utilizando las estrellas, el viento y las mareas del mar. Ahora tienen que ir a la escuela y están integrados en la vida moderna. Pero siguen cazando.

Han sobrevivido mejor a las extremas temperaturas del círculo polar ártico, que a la civilización. A mediados del siglo XX muchos inuit fueron obligados a trasladarse a ciudades para ser integrados en esa “civilización”. El resultado fue catastrófico y produjo grandes cotas de delincuencia, suicidios y desempleo (muchos de ellos eran cazadores y no podían ejercer su oficio en las ciudades).

Groenlandia tiene unos 60.000 habitantes. Desde el año 1979 es una región autónoma dentro del Reino de Dinamarca y mantiene dos diputados en el parlamento danés. Allí viven los Inuit, que la conocen como Kalaallit Nunaat. El idioma principal es el Kalaallisut. Ellos no se consideran esquimales, e incluso consideran el término despectivo ya que se traduce como “comedores de carne cruda”. Groenlandia fue el primer territorio, y hasta el momento el único, en abandonar la Unión Europea. Se fueron, tras un referéndum, debido a discrepancias por la caza de focas, a la que los groenlandeses no están dispuestos a renunciar.

La palabra “Inuit” se traduce como “las personas”, “la gente”, y según algunos “la gente que vive aquí”, ya que durante siglos estuvieron tan aislados que se consideraban los únicos habitantes del mundo. No era así, evidentemente, y la llegada de los misioneros a mediados del siglo XIX supuso el inicio del fin de las tradiciones y la cultura inuit en Groenlandia.

Hoy en día los groenlandeses son una sociedad desarraigada, tienen una de las cotas más altas de abandono escolar, suicidio juvenil, desempleo, violencia de género, violencia hacia menores, absentismo laboral, alcoholismo, etc. Tienen una dependencia total de Dinamarca, no solamente en el aspecto económico, también en cuanto a recursos humanos y técnicos. Dinamarca gasta más de 3 billones de coronas danesas anuales en subvenciones, los groenlandeses reciben, aproximadamente, unos 8.000 euros por persona al año.

Los Yupik , los Alutiit y los Iñupiat de Alaska no parecen tener problemas con la palabra esquimal (“eskimo”), que utilizan para englobar a diferentes tribus. Los misioneros llegaron allí a principios del siglo XX y el cristianismo casi acaba con su religión tradicional. Actualmente están totalmente integrados en el modo de vida occidental y, a la vez, trabajan para mantener vivas sus tradiciones y su identidad. Ya no se practican los rituales chamánicos pero han sobrevivido las danzas y cantos tradicionales, que se mantienen como un valioso tesoro cultural.

Los nativos de Alaska están muy organizados y se agrupan en la Alaska Federation of Natives, nacida en 1966. Esta asociación agrupa a 185 tribus reconocidas federalmente y tiene como objetivo promover y mejorar el estatus cultural, económico y político de la comunidad nativa. Se reconocen a sí mismos como miembros de naciones de plena soberanía que mantienen una relación política con el gobierno federal.

La Asociación tiene un papel activo promoviendo leyes, políticas y programas a favor de los nativos de Alaska y su participación en la vida social y política del territorio. Está regida por un Consejo de 38 miembros, elegidos en la convención anual que se celebra todos los años en el mes de Octubre. En el Consejo están representadas las diferentes regiones étnicas de Alaska. Una parte importante de la convención anual es la celebración de Quyana Alaska, un festival en el que se bailan danzas tradicionales con el objetivo de mantenerlas vivas y pasar el legado a las siguientes generaciones.

En Canadá los nativos se agrupan en tres colectivos, los Inuit, los Métis (mestizos) y la denominada First Nations (traducida como “Naciones Originarias de Canadá” o “Primeras Naciones”) término que se utiliza para englobar al resto de tribus o naciones aborígenes.

Los Inuit de Canadá viven en la región autónoma de Nunavut (“nuestra tierra”). El gobierno canadiense les concedió el autogobierno en el año 1999, atendiendo así las reivindicaciones de los nativos. Nunavut es una región de unos dos millones de kilómetros cuadrados situado al nordeste del país, en la zona más cercana a Groenlandia. Incluye el archipiélago ártico y las islas en la bahía de Hudson, bahía James y la bahía de Ungava. El lema de la región es Nunavut Sannginivut (“Nuestra tierra, nuestra fuerza”).

Nunavut-Feierlichkeit (01-04-99).jpg

Una vez al año en Nunavut se celebra el Uqausirmut Quviasuutiqarniqis (en PDF), el Festival de la Cultura Inuit e Inuktut (los diferentes dialectos del lenguaje inuit) . Se puede traducir como “celebración de nuestra lengua”. Los inuit de Nunavut trabajan activamente para preservar su cultura y sus lugares históricos.

Los esquimales de Siberia viven en la península Chukchi (Chukotka). En 1931, bajo el régimen soviético, se estableció el primer Kolkhoz para esquimales y en poco años la mayoría de ellos pasaron de ser nómadas a estar integrados en estas granjas colectivas. Durante muchos años sus vidas siguieron los dictados de Moscú, que abrió en su territorio explotaciones mineras, campos de prisioneros y nuevos asentamientos, sin consideración alguna ni por los esquimales ni por el medio ambiente.

La zona está expuesta a contaminantes medioambientales y residuos procedentes de pruebas nucleares realizadas por la antigua Unión Soviética. Muchos esquimales fueron deportados a tierras del interior.

Bajo el gobierno soviético, los nativos de Siberia perdieron sus tradiciones y actualmente sufren problemas similares a los que padecen sus compañeros de otras regiones: desarraigo, pérdida de identidad, desempleo y alcoholismo.

En 1977 nació el Inuit Circumpolar Council con el objetivo de proteger y defender a nivel internacional los derechos e intereses de los inuits de todos los territorios árticos. La primera reunión se celebró en junio de ese año y asistieron representantes de Groenlandia, Alaska y Canadá (18 personas para cada una de las tres delegaciones). Fue un paso muy importante. Desde varios años atrás se venía gestando la reivindicación de una identidad común, reivindicación que quedó claramente formulada en la reunión del World Council of Indigenous Peoples en 1975.

“We Eskimo are an international community sharing common language, culture, and a common land along the Arctic coast of Siberia, Alaska, Canada and Greenland. Although not a nation-state, as a people, we do constitute a nation”.

 

(“Nosotros, los esquimales, somos una comunidad internacional que comparte un idioma, una cultura y una tierra a lo largo de la costa ártica de Siberia, Alaska, Canadá y Groenlandia. Aunque no somos un Estado, como pueblo, constituimos una nación”)

En aquel histórico primer encuentro se leyó poesía, se cantaron canciones, se aprobaron resoluciones políticas y se decidió el uso de la palabra “Inuit” para designar a los nativos del ártico. No estuvieron todos, faltaron los inuit de Siberia, que tardaron algunos años en unirse a la iniciativa. Cuando finalmente lo hicieron, el Círculo, nunca mejor dicho, estuvo completo, porque, según reza la Declaración de Principios del Inuit Circumpolar Council.

“Los Inuit somos nativos, con un único ancestro, cultura y hogar. Las regiones árticas y subárticas que usamos y ocupamos, trascienden las fronteras políticas”


Procedencia de las imágenes (en orden de aparición):

 

Enero
El mes de las dos caras

Enero tiene su miga. Empieza un nuevo ciclo y, aunque sea por unos días, nos decimos que todo va a ir mejor, que nuestra suerte va a mejorar, que el que empieza va a ser nuestro año de la suerte y que poco menos que se van a cumplir todos nuestros deseos. Si hay algún mes que pueda ser considerado como “el de la esperanza”, ése es enero. Por poco tiempo, porque enseguida regresan la realidad y la rutina y nos bajan los humos.

Es también el mes del “mea culpa” y los buenos propósitos. El mes que todos los años nos enseña que no somos capaces de aceptarnos como somos y mucho menos de cambiarnos. Que no aceptamos que nunca vamos a hacer deporte ni a ir a un gimnasio, si no lo hacíamos antes. Y que para dejar de fumar lo único que realmente tenemos que hacer es querer hacerlo de verdad, y la verdad es que, por lo menos de momento, no queremos.

Para los que tienen tendencia a ello, es un buen mes para la reflexión. Enero nos trae uno de esos momentos del año en que nos hacemos conscientes de la rapidez con que pasa el tiempo. “Tempus fugit”.

Y es el mes de la “cuesta”, el mes que nos pasa, literalmente, las facturas de lo que alegremente hemos gastado en diciembre. Y es el mes de las rebajas, para seguir gastando.

JanusLos romanos lo llamaron “iaunuarious” en honor al dios Jano, el dios de las puertas, que era también el dios de las dos caras, el dios de los comienzos y los finales.

No siempre fue el primero. El primitivo calendario romano tenía diez meses y el primero era Marzo. Enero le arrebató el honor, según Plutarco, gracias a las modificaciones del segundo Rey de Roma: Numa Pompilio, a quien la decena pareció escasa y añadió dos meses más.

En enero pasan muchas cosas.

El 1 de enero de 2002 se introdujo la moneda única en Europa. 308 millones de europeos de 12 países tuvimos que aprender a usar los nuevos euros.

El 2 de enero de 1920 nacía Isaac Asimov en Rusia. Las Leyes de la Robótica estaban en marcha. Mordor empezó a asomar por el horizonte un 3 de enero de 1892. Ese día nació en Sudáfrica John Ronald Reuel Tolkien.

Mabel Suffield Christmas Card.jpgUn día más tarde, y unos años más tarde, el 3 de enero de 1959, “la última frontera”, Alaska, fue domesticada y se convirtió en el Estado número 49 de los Estados Unidos.

Un día importante para la ciencia fue el 4 de enero de 1643, día en que nació el gran Isaac Newton. También lo fue el 8 de enero de 1942, fecha de nacimiento de Stephen Hawking.

Muchos nacimientos interesantes nos ha dado este mes. El 15 de enero de 1929 nació Martin Luther King y el 17 de enero de 1706 hacía lo propio Benjamín Franklin. El 19 de enero de 1809 vió la luz por primera vez uno de los escritores que mejor ha dominado los secretos literarios del terror: Edgar Allan Poe. El 27 de enero de 1756, apareció en el mundo uno de los más grandes genios de la música, Wolfgang Amadeus Mozart.

Gustave Eiffel posant au sommet de la tour.jpgEl 28 de enero de 1887 se inicia la construcción de la Torre Eiffel, para la Exposición Universal de 1889, en medio de las críticas de muchos que la veían como un feo y desagradable monstruo de hierro. A punto estuvo de ser derribada, pero se salvó gracias a que su constructor, Gustave Eiffel hizo ver a las autoridades el potencial de la torre en experimentos científicos y estos vieron, sobre todo, su uso como estación meteorológica y antena de comunicaciones.

El mes de enero de 2016 nos ha metido de lleno en el Año Chino del Mono de Fuego. Ha ocurrido el día 8 y, según dice el horóscopo, se trata del mono más activo y agresivo. Tiene toda la energía del fuego y su impulsividad, pero también su creatividad.

Y ya nunca volveremos a escuchar en directo la peculiar voz de David Bowie; se fue a las estrellas la noche del 10 de enero de 2016.


Procedencia de las imágenes: