Noviembre, entre los Difuntos y la Navidad

Noviembre empieza mal, las cosas como son. ¿Qué se puede esperar de un mes que se inicia con el “Día de los Muertos”? Muy optimista no parece, aunque eso sí, cumplidor como el que más, que nunca viene mal rendir homenaje a los que se fueron. Quizá así podamos tener el resto del mes en paz y Noviembre en realidad no sea tan malo como parece sino que sea el más listo de la clase.

Para suavizar la cosa antes de entrar en materia con el Día de los Difuntos, Noviembre empieza con la festividad de Todos los Santos, celebración que data de los tiempos en que la naciente Iglesia Católica rendía homenaje a sus mártires. Fue el Papa Gregorio III quien, en el siglo XVIII, fijó la fecha del día 1 de noviembre para esta celebración.

Si el Día de todos los Santos está dedicado a los que murieron y por su buen comportamiento en la Tierra fueron al Cielo, el Día de los Difuntos tiene como objetivo ayudar a los que murieron pero se quedaron a medio camino, en el Purgatorio. Los vivos dedican un día, el 2 de noviembre, a rezar para ayudarles a avanzar en su camino hacia el Cielo. Según la iglesia Católica el primer día es una celebración por los que han llegado a presencia de Dios, el segundo es un día de oración y sacrificio.

Pero Noviembre es mucho más. Es un mes de notables contribuciones a la historia, como el final de la Primera Guerra Mundial (11 de noviembre de 1918) o la Caída del Muro de Berlín (9 de noviembre de 1989)

Muro de Berlín - «Berlin-wall» por Yann (talk) - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons.

Unos siglos antes, el 26 de noviembre de 1504, moría en Medina del Campo uno de los personajes más influyentes de su tiempo y posteriores, la mujer que la Historia conocería como Reina Católica: Isabel I de Castilla.

Casi por esos años, el 1 de noviembre de 1512 se celebró la primera misa en la Capilla Sixtina tras la decoración de la bóveda. El público pudo admirar por primera vez los increíbles frescos de Miguel Ángel.

El 7 de noviembre de 1867 nacía en Varsovia una de las mejores mentes científicas que nos ha dado la historia y una de las personalidades más brillantes: Marie Curie.

Jorge Negrete - «Negrete1» por Radeksz - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons.

Nació un 30 de noviembre de 1891. Jorge Negrete, uno de los primeros cantantes en despertar el fenómeno fan. Todavía quedan abuelas que recuerdan con nostalgia su paso por Madrid y cuentan como siendo jovencitas le esperaban en la puerta del Hotel en el que se alojaba, en la de los Estudios CEA y donde quiera que iba. En ocasiones su fervor era tal que hasta le arrancaron los botones del pantalón.

Grandes son los méritos que tiene Noviembre pero para muchos el principal de este mes es ser la antesala de Diciembre y las Navidades. Noviembre ya huele a fiesta.

Y este año en concreto, Noviembre tendrá un Viernes 13.


Procedencia de las imágenes:

 

Larga Vida y Prosperidad

El 8 de septiembre de 1966 la nave estelar Enterprise surcaba por primera vez las estrellas desde la pantalla de la televisión. Un viaje de cinco años que dura ya 49 (y lo que le queda).

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Modelo de la nave Enterprise (de 3’4 m.) donado en 1974 por Paramount a Smithsonian

¿Qué tiene de especial Star Trek para haber llegado tan profundamente al corazón de miles y miles de personas de todo el mundo y, medio siglo después, aún seguir llegando, incluso al de aquellos que en 1966 ni habían nacido ni estaban en proyecto?

Star Trek es notable por múltiples razones. Para empezar es una serie valiente. Gene Roddenberry planteó y resolvió en el puente de la Enterprise los temas de mayor actualidad y más polémicos de la época, algunos tan espinosos como el racismo, el nacionalismo y la discriminación sexual.

En el año 1966 incluir entre los miembros más destacados de la tripulación a una mujer y además negra, Nyota Uhura, era una bofetada en pleno rostro de la parte más conservadora de la sociedad. Más o menos como incluir en plena Guerra Fría a un timonel ruso, Pavel Chekov, o ascender a un personaje asiático, Hikaru Sulu, a un papel protagonista. Simplemente, eran cosas impensables para la época.

Cuando Star Trek se estrenó apenas habían pasado tres años de la marcha sobre Washington de Martin Luther King. Dos días antes, el 6 de septiembre de 1966, el griego Dimitri Tsafendas había asesinado en Ciudad del Cabo al primer ministro de Sudáfrica, Hendrik Verwoerd, uno de los artífices del apartheid.

En 1966 el número de bajas estadounidenses en la Guerra de Vietnam había crecido respecto al año anterior y el país seguía detonando bombas atómicas en el desierto de Nevada. Un poco más al sur, en Cuba, Fidel Castro había decretado en mayo la ley marcial ante un posible ataque de sus vecinos del norte. Al otro lado del mundo, el Muro de Berlín llevaba ya cinco años partiendo el corazón de Europa, y África, por su lado, se debatía entre conflictos y golpes de Estado (República Centroafricana, Alto Volta/Burkina Faso, Nigeria, Namibia, …).

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Leonard Nimoy (izquierda) como el señor Spock junto a William Shatner (capitán Kirk)

En este contexto aparece Star Trek y propone un mundo en el que las naciones de la Tierra no solamente han superado sus problemas y diferencias sino que, además, han sido capaces de aliarse con otras civilizaciones extraterrestres para colaborar de forma pacífica en un gobierno interestelar, la Federación de Planetas Unidos. En el mundo de James Tiberius Kirk el ser humano atraviesa la mejor época de su historia. No existen el hambre ni las guerras, las enfermedades han desaparecido casi en su totalidad y el hombre puede dedicarse a su auténtica vocación: la de ser explorador y así conquistar la última frontera, el espacio, y «llegar valientemente hasta donde nadie ha llegado jamás».

Si Star Trek le echó imaginación al futuro de la Humanidad, también lo hizo a la hora de diseñar los elementos tecnológicos de la serie. Con gran visión de futuro, Gene Roddenberry incluyó algunos dispositivos impensables para la época pero que resultaron premonitorios. Fue en Star Trek donde vimos por primera vez muchos de los que ahora nos son cotidianos, como las pantallas táctiles o el iPad.

El famoso intercomunicador que utilizaba Kirk para hablar con la Enterprise y pedirle a Scotty que le sacara de algún que otro apuro se puede considerar el precursor de los actuales móviles. De hecho, el famoso Motorola StarTAC, lanzado en 1996 con forma de concha, rendía en su denominación homenaje a la serie. En el área médica podemos considerar que el fabuloso escáner que usaba el doctor McCoy se anticipó al TAC (Tomografía Axial Computarizada).

Apenas estamos ahora empezando a utilizar los comandos de voz para manejar ordenadores y hace medio siglo el Capitán Kirk no tenía más problemas para hablar con su computadora que aquella ocasión en la que, tras una muy especial reparación, la máquina adoptó un comportamiento demasiado femenino.

Las cintas de memoria que utilizaban en la serie recuerdan a nuestras tarjetas SD y «pendrives«, aunque eso sí, aún no hemos conseguido enviarlos por el subespacio. El tricorder de Spock era un sofisticado dispositivo que servía para todo y que en algunas funciones recuerda a las PDA.

Y todavía hay mucho que nos queda por explorar. Gene Roddenberry resolvió el difícil problema (a nivel presupuestario y de efectos especiales) de hacer descender de la Enterprise a sus personajes sin hacer aterrizar la nave, de una forma muy barata pero muy efectiva: el teletransporte. Nosotros apenas hemos obtenido algunos logros mínimos en esta tecnología y todavía nos queda bastante para poder decir eso de “Beam Me Up, Scotty”. Aún más difícil se ve eso de la Tecnología Warp y el motor de curvatura (aunque hay que reconocer que sería precioso) y eso que, según recientes investigaciones, quizás está más próximo en el tiempo de lo que, en principio, podría parecer).

Nos queda mucho por hacer para alcanzar la realidad de Star Trek pero, después de todo, ¿no somos exploradores?

¡Larga Vida y Prosperidad!