La ‘isla del Tesoro’ de Stevenson ahora es una micronación de Uri Geller

 Islas de Lamb y Fidra en Escocia

Wikipedia | Brendan Douglas-Hamilton

«Durante este programa van a ocurrir muchas cosas extrañas», ya lo advertía José María Íñigo al comienzo de una emisión que se convirtió en un hito de la historia de la televisión. Su invitado, el ilusionista británico, nacido en Tel-Aviv, Uri Geller, había prometido doblar una cuchara de metal con el poder de su mente y que, si seguían sus indicaciones, los espectadores en casa también lo lograrían. En directo. ¡Quién dijo miedo!

«No hay calor. Dice que se va romper, que se funde el metal». Sea como fuere la cuchara se dobló. Y de los 20 millones de espectadores que vieron el programa muchos continúan jurando que a ellos les pasó lo mismo en casa.

Hubo más. A continuación y por el mismo procedimiento, arregló un reloj. El público en su casa también, o eso dijeron muchos. La centralita de TVE se colapsó y medio millar de personas se presentaron en las puertas de Prado del Rey.

Con sus trucos de magia y sus ilusiones, la fama de Uri Geller llegó a todos los rincones del planeta. Se convirtió en millonario y en el año 2011 tuvo un gesto muy de millonario: se compró una isla deshabitada en Escocia.

Portada de 'La isla del tesoro', edición inglesa de 1911

Wikipedia | Beinecke Library

Pero no era cualquier isla, era Lamb, la isla que, según muchos autores, Robert Louis Stevenson describió en su libro ‘La isla del tesoro’.

Geller afirmó, incluso, que en su nueva propiedad estaba enterrado un auténtico tesoro egipcio llevado allí por la princesa Scota, medio hermana de Tutankhamon, nada menos, y que él lo iba a desenterrar con ayuda de la radioestesia.

En todo caso la isla ha sido el centro de leyendas y misterios y, según se cuenta, muchas brujas fueron quemadas en ella.

Ahora, muchos años después, Uri Geller ha dado un paso más y ha declarado la isla como nación independiente, una Micronación con su propia bandera, su propio himno y sus propias leyes: La República de Lamb. Según el ilusionista la isla “merece su propia identidad”.

Una micronación es una propiedad que su dueño proclama como país independiente pero que carece de toda base legal y del reconocimiento de los demás Estados. La de Uri Geller no es ni la primera ni la única, hay alrededor de cien en todo el mundo. Entre las más curiosas se encuentran el Principado de Sealand cuyo territorio es una plataforma marina abandonada o los diez metros cuadrados del patio trasero de la casa de George Francis Cruickshank que en 1981 su dueño proclamó como el Imperio de Atlantium.

 

 

El himno de Gran Bretaña y el trasero de Luis XIV

Louis XIV of France

Retrato del Rey Sol realizado en 1701 por Hyacinthe Rigaud, para su nieto, el rey Felipe V de España, aunque finalmente el lienzo se quedó en Francia.

El actual  himno de Gran Bretaña tiene su origen en el Real trasero de un rey francés: Luis XIV.

No todo era brillo en la vida del Rey Sol de Francia y el monarca sufría mucho por culpa de una fístula que no le permitía apenas sentarse. Actividades como montar a caballo o andar se habían convertido para él en una auténtica tortura. Los historiadores calculan que el monarca se aplicó más de 2 000 purgantes y 15 000 enemas sin conseguir aliviar su padecimiento.

Hasta que el Primer Cirujano del Rey, Claude François Félix de Tassy, le convenció de que tenía que operarse.

Someterse a una operación con las medidas de higiene del siglo XVII era casi firmar una sentencia de muerte, pero el rey sufría tanto que aceptó el riesgo. La intervención se realizó el 18 de noviembre de 1686 con la asistencia de dos boticarios y un confesor real, por si acaso.

La operación fue un éxito. Las reales posaderas dejaron de molestar al rey y éste estaba tan agradecido que otorgó al médico, entre otras recompensas, un pago que al cambio actual  equivaldría a unos 30 millones de euros.

La operación otorgó gran prestigio a la cirugía y a los médicos. Y bien que les vino porque, en aquellos tiempos, de buena fama no andaban muy sobrados.

El músico Jean Baptiste Lully tuvo una gran idea para celebrar la buena nueva: compuso un himno exaltando la curación del monarca. Y fue tan del agrado del rey que se convirtió en himno de la Monarquía hasta la llegada de la Revolución Francesa. Lo llamó “Dios salve al Gran Rey”.

¿Cómo terminó una canción dedicada a la sanación de la fístula anal de Luis XIV convertida en himno de Gran Bretaña? En el año 1714, el compositor Handel estaba de visita en Francia, escuchó la composición y le gustó tanto que, con algún arreglo adicional, y bajo el título “God Save the King”,  se la ofreció a Jorge I, que acababa de ser coronado Rey de Gran Bretaña.  De nuevo triunfó el tema y ya quedó para la posteridad como himno británico, con la única salvedad de transformarse en  “God save the Queen” cuando, como es el caso actual, reina una mujer.

Actualmente es el segundo himno oficial más antiguo del mundo, el primero es el himno de los Países Bajos, conocido como “Wilhelmus”, una composición dedica a ensalzar las virtudes de Guillermo de Orange “El Taciturno”, en la que aparece citado el rey de España, por aquel entonces Felipe II: “Un príncipe de Orange soy, libre y valeroso al Rey de España siempre le he honrado”.

A pesar de lo que cuente la letra del himno, Guillermo de Orange ha pasado a la historia no por honrar al rey de España sino por todo lo contrario: se le considera el padre de los Países Bajos y líder de la rebelión contra Felipe II. El himno fue escrito entre 1568 y 1572 durante la revuelta contra los españoles.


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La extraña lluvia roja

En el otoño de 2014 los vecinos de los pueblos de Ayoó de Vidriales y Fuente Encalada en Zamora asistieron atónitos a un fenómeno que les llenó de preocupación: una lluvia que volvió de color rojo el agua de los abrevaderos del pueblo.

Nunca se había visto nada igual y empezaron a correr rumores sobre envenenamientos y contaminación de las aguas del pueblo y hasta de conspiraciones químicas. Uno de los vecinos se decidió a actuar y avisó a investigadores de la Universidad de Salamanca para que estudiaran el fenómeno.

Un equipo encabezado por el geólogo Javier Fernández-Lozano analizó muestras de agua y descubrió al responsable del cambio de color: una microalga de la especie Haematococcus Pluvialis que había “caído” al agua. Pero esta microalga normalmente es transparente ¿Por qué se volvió roja y tiñó de este color el agua?

Porque se estaba defendiendo del sol.

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Javier Fernández-Lozano y su equipo descubrieron hechos muy sorprendentes y curiosos sobre el fenómeno de la “lluvia roja” y también que esta microalga había viajado mucho. Eso sí, la investigación dejó totalmente claro que el origen del cambio en la coloración del agua era totalmente natural y que seguía siendo apta para riego y para el consumo humano.

Hoy en día la lluvia roja sigue cayendo en Ayoó de Vidriales y Fuente Encalada en Zamora. Pero los vecinos ya no temen conspiraciones ni envenenamientos. Saben que la lluvia roja, aunque muy llamativa, es perfectamente natural. De hecho esta lluvia roja ha caído alguna que otra vez en algunas zonas de la Rioja, León … e incluso de Madrid.


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