Voyager
Una odisea espacial … de 40 años

Este año se cumple el 40 aniversario de una de las odiseas más extraordinarias emprendidas por la Humanidad. Una odisea que todavía hoy continúa.

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La Voyager 1 salió de la Tierra el 5 de septiembre de 1977 y tras un viaje de 40 años ha conseguido llegar a donde nadie, ni hombre ni máquina, ha llegado jamás: a cruzar los límites del Sistema Solar y abandonar el campo de influencia del Sol. Ha sido el primero en lograrlo, Ningún otro objeto fabricado por el hombre ha llegado tan lejos. Y solamente uno se acerca: su hermana la Voyager 2.

La Voyager 2, despegó quince días antes, el 20 de agosto de 1977 pero aún no ha salido del Sistema Solar porque ha seguido una ruta más lenta.

Mientras las naves siguen su camino adentrándose en lo más profundo del espacio exterior aquí en la Tierra siempre hay alguien escuchándolas. En Madrid se encargan de ello los técnicos de la Estación de Seguimiento Espacial de Robledo de Chavela, que forma parte de la Red de Espacio Profundo de la NASA. Uno de esos técnicos es Sergio Castejón Casado, que empezó a trabajar en la Estación de Robledo de Chavela en 1971. Desde su cargo como Senior Ops Controller y Deputy Ops Supervisor, ha vivido desde el principio la aventura de las Voyager. Una aventura que en principio estaba pensada como una misión de cinco años por los cuatro grandes planetas exteriores del Sistema Solar

Sergio Castejón conoce muy bien las Voyager y con él he aprendido mucho sobre ellas, entre otras cosas que cada una lleva tres ordenadores a bordo con un único programa escrito en Fortran, que entre todos suman una memoria disponible de 64 KB y que cada vez que envían datos a la Tierra tienen que rebobinar las cintas, (parecidas a las de casete) para tener espacio para volver a grabar datos. También he aprendido que ya se han apagado las cámaras de fotos de la Voyager 1 para ahorrar energía y alargar su vida al máximo y que sabemos con seguridad que ya ha salido del Sistema Solar pero que no ha sido nada fácil saberlo porque cuando llegó el momento el aparato que debía medirlo se había roto.

Y que ahí siguen, viajando a 60 000 kilómetros por hora con el famoso disco de oro a cuestas (que en realidad no es todo de oro, solamente chapado) con su selección de sonidos de la Tierra (y las instrucciones para escucharlos), aunque va a ser muy difícil que alguien por ahí fuera lo escuche alguna vez, pero no importa porque la auténtica misión del disco de oro siempre ha sido, no tanto contactar con una posible inteligencia alienígena, sino dejar constancia de nuestro paso por el Universo. Será el testimonio eterno de una raza de seres que una vez habitaron una recóndita esquina del Universo y que se atrevieron a soñar con descubrir sus secretos porque, por encima de sus luchas y sus desacuerdos, eran exploradores y se empeñaron en conquistar la última frontera: el espacio.


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Julio
Tiempo de lunas y de revoluciones

En el primitivo calendario romano recibió el nombre de “Quintilis” porque era el quinto mes del año. Pero en el año 44 a. C. Marco Antonio cambió su nombre a “Julius” para honrar a Julio César tras su asesinato, ya que éste había nacido un 13 de ese mes (100 a. C.).

En los primeros días de este mes la Tierra alcanza su máxima distancia respecto al sol, el afelio. El 4 de julio de este año la Tierra se separó 152.103.771 km. de nuestra estrella. Pero eso no impidió que en el Hemisferio Norte apretara el calor, ya que éste no depende de la cercanía al Sol sino de la inclinación con que sus rayos llegan a cada parte del planeta.

En el otro lado del cielo, nuestro satélite favorito llegará a todo su esplendor de Luna Llena durante la noche del 19 de Julio, a tiempo de conmemorar el aniversario de la llegada del hombre a su superficie (el 21 de julio de 1969).

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Y hacia final de mes el espectáculo correrá a cargo de la lluvia de estrellas conocida como Delta Acuáridas.

Al mismo tiempo que la Tierra se separaba lo máximo posible del Sol, Estados Unidos celebraba, un año más,su fiesta grande: el Día de la Independencia, que conmemora que un 4 de julio de 1776 las colonias americanas rompieron con la tutela de Gran Bretaña y se presentaron al mundo como nación independiente.

Eran tiempos revueltos, tiempos de revoluciones. Algo estaba cambiando en el mundo y un nuevo orden se abría paso a golpe de bayoneta. El 14 de julio de 1789 los franceses se enfadaron tanto que destruyeron lo que consideraban símbolo de la monarquía absolutista: la Torre de La Bastilla. Sólo había siete prisioneros dentro pero su valor simbólico fue tal que su destrucción sacudió los cimientos del llamado Antiguo Régimen y dio inicio a la Revolución Francesa.

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También en Francia, otro 4 de Julio, pero de 1934, moría la primera mujer que ocupó un puesto en la Universidad de La Sorbona, la primera persona que ganó dos Premios Nobel y la primera mujer en conseguir uno: Marie Curie.

Muchos años después, el 4 de julio de 2016, a las 23:53 h (hora de la costa este de Estados Unidos), la sonda espacial Juno llegó a la órbita Júpiter tras un viaje de cinco años.

El 7 de julio de 1861 nació otra pionera de la ciencia, la genetista Nettie Marie Stevens, responsable del descubrimiento de los cromosomas que producen la diferenciación de los sexos en los humanos.

El mes de julio tiene más efemérides científicas. Hace veinte años, el 5 de julio de 1996, nació el primer mamífero clonado: la oveja Dolly, en el Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo. Tuvo seis crías y fue sacrificada a los seis años de edad.

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La música también tiene fechas importantes en julio. Uno de los mejores músicos españoles de todos los tiempos, Joaquín Rodrigo, también conocido como Maestro Rodrigo y autor, entre otras maravillas, del “Concierto de Aranjuez”, murió en Madrid el 6 de julio de 1999.

En el apartado de nacimientos y fallecimientos, al mes de julio le corresponde ser el mes que vio nacer a Gloria Fuertes (28 de julio de 1917), poetisa española que creó escuela y dio inicio a una manera un tanto personal de escribir poemas. Otro poeta, pero de estilo muy diferente, Cyrano de Bergerac, murió un 28 de julio de 1655.
Un día importante para el séptimo arte, el 26 de julio de 1922 nacía en Tulsa, Oklahoma, el cineasta William Blake Crump, más conocido como Blake Edwards.

El 26 de julio de 1984 tendría lugar un hecho que iba a cambiar la vida de muchos aficionados al fútbol, ese día se funda la Liga Nacional de Fútbol Profesional con la principal misión de poner en marcha el Campeonato Nacional de Liga, en primera y segunda división.


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Un siglo de selfies

No hay adolescente que se precie que no tenga uno, aunque tiene devotos en todas las franjas de edad. Hay quien le critica y hay quien no pueden vivir sin él. Está de moda, lo que no supone que sea moderno. El palo de selfie (autofoto o selfi), de hecho, tiene ya más de 90 años.

En el año 2014 la revista Time eligió el palo de selfie como uno de los 25 mejores inventos del año. Compartía podio con inventos tan dispares como el Apple Watch, el Hendo Hoverboard o la sonda Magalyann  que la India envió a Marte y convirtió a la Indian Space Research Organisation (ISRO) en la primera agencia espacial que ha conseguido llegar a Marte al primer intento.

Desde siempre el ser humano se las ha apañado para dejar autoconstancia de su cara con lo que tenía a mano en cada momento, véase sin ir más lejos la abundancia de autorretratos en la historia de la pintura. Dejar recuerdo del rostro de uno mismo es una pretensión tan vieja como el narcisismo y hay que reconocer que el palo selfie facilita mucho la tarea.

El padre oficial del palo selfie es el canadiense Wayne Fromm, que inventó el primer “palo” en el año 2000 tras un viaje con su hija por Europa, en el que se hartó de pedir a desconocidos que les fotografiaran juntos. Lo patentó en el año 2007 como “aparato para sostener una cámara” pero tendrían que pasar unos años para que el artilugio tuviera realmente éxito, hasta el invento y popularización de su complemento ideal: el teléfono inteligentesmartphone.

Sin quitarle méritos a Wayne Fromm, la idea de un artilugio que permite hacerse fotos a uno mismo tiene ya casi un siglo. La BBC contó en el 2014 la historia de una foto tomada en 1925 en Inglaterra: un selfie que tomaron dos jóvenes recién casados, Arnold y Helen Hogg, con un palo de selfie.

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Antes que eso tenemos noticia de varios selfies antiguos, pero tomados sin palo, como la fotografía que se hicieron en el año 1920 cinco fotógrafos de la empresa Byron, entre ellos el fundador de la empresa, Joseph Byron, en la terraza del estudio fotográfico Marceau de Nueva York. Lo curioso es que existe otra fotografía que capta justo el momento en que se está realizando esa foto. Ambas imágenes se conservan en el Museo de la Ciudad de Nueva York junto con un selfie de Joseph Byron.

En 1983 Minolta presentó la cámara Minolta Disc-7, que llevaba incorporado un espejo convexo en el frontal y en un lateral un mango telescópico que permitía sostener la cámara de la misma manera que un palo selfie.

En 1995 se publicó un libro sobre los inventos más inútiles de los japoneses que incluía al palo selfie en tan glorioso ranking. Quizá los editores del libro hubieran contemplado el invento desde otras perspectiva y hubieran anticipado su éxito si se hubieran dado cuenta de que ya por aquel entonces había una personaje muy aficionado a los selfies: Mr. Bean.


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