Llega el Hombre a la Luna y Madrid es la primera en enterarse

475px-Apollo_11_insigniaEn este mismo instante (cuando se publica esta entrada), se cumplen 46 años de la llegada del hombre a la Luna.

A las 3:56 (hora española) del 21 de julio de 1969 Neil Armstrong bajó por la escalera del Águila más famosa de todos los tiempos y dio el paso más memorable que un hombre ha dado jamás. El que le convirtió en el primer ser humano en pisar nuestro querido satélite.

Y los niños españoles (y del mundo entero) aprendieron a recitar de memoria en el cole los nombres de Neil Armstrong, Edwin “Buzz” Aldrin y Michael Collins.

Lo que no tuvieron tan presente es el papel protagonista que España tuvo aquella madrugada. Justo cuando el Águila se posaba en la Luna, la Tierra estaba situada frente a ella de manera tal que las comunicaciones de los astronautas con Houston se tenían que realizar desde la Estación de Seguimiento Espacial de Fresnedillas. La señal de los astronautas llegó a Madrid antes que a ningún otro lugar de la Tierra.

Durante toda la misión la estación madrileña estuvo en contacto con la nave Apolo XI ocho horas diarias y fue durante esas horas cuando el astronauta Armstrong pronunció la famosa frase «Houston, aquí Base de la Tranquilidad, el Águila ha aterrizado».

El trabajo de los profesionales españoles dirigidos por Luis Ruiz de Gopegui fue fundamental para el éxito de la misión. El propio Armstrong diría más tarde “Sin las vitales comunicaciones mantenidas entre el Apolo XI y la estación madrileña de Robledo de Chavela, nuestro aterrizaje en la Luna no habría sido posible”. Así recuerda el momento, más de cuarenta años después, Luis Ruiz de Gopegui.

La Estación fue creada expresamente para el Proyecto Apolo como parte de la Red de Vuelos Espaciales Tripulados (Manned Space Flight Network, MSFN). En la red había tres estaciones principales, la de Fresnedillas y otras dos en Goldstone (California) y Honeysuckle Creek, cerca de Canberra (Australia). También formaban parte de la red estaciones móviles montadas en barcos, e incluso en aviones, que volaban a gran altitud para evitar las zonas de sombra. Todo para dar seguimiento y hacer posible las comunicaciones con las naves espaciales.

La llegada a la Luna no fue el único hito vivido en Fresnedillas. La Estación fue testigo de otros muchos momentos históricos y algunos tan duros como el viaje de la expedición Apolo XIII, conocida también por otra frase no menos famosa pronunciada por Jack Swigert (aunque no exactamente de este modo): «Houston, tenemos un problema«

Hoy en día la moderna estación de seguimiento de satélites de Robledo de Chavela ha sustituido a la antigua de Fresnedillas. Su nombre oficial en inglés es Madrid Deep Space Communications Complex, MDSCC (Complejo de Comunicaciones con el Espacio Profundo de Madrid). La exploración continúa y el centro sigue pendiente del espacio exterior con el seguimiento de las sondas enviadas a diferentes puntos del sistema solar. Ha seguido las sondas y «rovers» enviados a Marte, la sonda New Horizons en su viaje a Plutón y, por supuesto, continúa escuchando lo que las sondas Voyager nos dicen sobre el espacio profundo en su viaje más allá del Sistema Solar.

Y de vez en cuando, en la Estación de Robledo de Chavela se viven momentos que recuerdan la emoción de las misiones Apolo. Así describe Lara Sáiz, física  y divulgadora del Centro de Entrenamiento y Visitantes del MDSCC, cómo se vivió en el centro la llegada de Curiosity a Marte.


Créditos:

Ojos en el Sistema Solar

Ojos en el Sistema Solar («Eyes in the Solar System«) es una herramienta de la NASA que nos permite precisamente eso, ver todo el Sistema Solar y movernos por él sin necesidad de una nave.

Podemos saber dónde está la Estación Espacial Internacional y qué se ve desde allí arriba y, si nos parece que su velocidad de casi 8 km/seg. no es suficiente, podemos, incluso, acelerar su marcha. Todos los planetas y sus satélites están a nuestra disposición para “jugar” y aprender con ellos.

Descubrimos que la NASA tiene un montón de misiones ahí fuera y hasta podemos saber, por ejemplo, qué está haciendo ahora mismo la sonda Nuevos Horizontes («New Horizons«) o la Voyager 1.

Y no solamente qué están haciendo ahora mismo. La herramienta tiene un histórico desde 1950 hasta 2050 que permite conocer la posición de cada misión en el pasado y en el futuro. Podemos ver en directo, por ejemplo, el paso de la Voyager 1 por Saturno en 1980 y contemplar cómo aprovechó la fuerza gravitacional del planeta para coger impulso en su viaje más allá del Sistema Solar.

Jon Nguyen, Ingeniero en el Laboratorio de Propulsión a Chorro («Jet Propulsion Laboratory«) de la NASA, es el principal arquitecto de esta herramienta. En una corta charla en TEDxSanDiego realizó la siguiente presentación de estos “Ojos en el sistema Solar”. Y por cierto, ya que hablamos de la Voyager 1, creo que es el momento de realizar un repaso de las sondas que hay ahí fuera, aprovechando, también, que nuestra sonda más viajera ha cruzado o está cruzando, valientemente, la frontera hacia el lugar a donde ninguna sonda ha llegado jamás.